EDITORIAL
Thiago Alcántara y Marco Asensio se vieron ayer las caras en la ida de las semifinales de la Champions League, donde el Real Madrid pegó primero, y a pesar de que el hispano brasileño pasó por el partido sin pena ni gloria y de que el hispano holandés volvió a salirse, se trata de dos jugadores que pudieron hacer carrera en el Barcelona pero la gestión que realizó el club en ambos casos dio con los dos en dos rivales directos para la Champions League: Thiago en el Bayern y Asensio en el Real Madrid. Visto lo visto es evidente que se trata de dos errores históricos por parte del club barcelonista.
Múnich, la cuna del mejor Marco Asensio
El centrocampista creció en la Masía, donde ingresó en 2005 cuando tenía catorce años junto a su hermano pequeño Rafinha. Con el tiempo se convirtió en la estrella del mejor Barcelona B de la historia, el que alcanzó la cuarta posición de Segunda División bajo las órdenes de Luis Enrique Martínez, y se consagró como el continuador del modelo barcelonista cuando Xavi Hernàndez y Andrés Iniesta empezaran el ocaso. Sin embargo, el Barcelona había fichado a Cesc Fàbregas el verano de 2011 y apenas dos años más tarde Thiago pidió salir. "Mentiría si dijese que mi sueño es triunfar en el Barcelona" soltó en 2011. Su sueño era "triunfar en el fútbol".
Lo intentó en el Barcelona pero la presencia de Cesc le restó minutos el año en el que debía consagrarse y empezó a escuchar ofertas para marcharse al Bayern el verano de 2013. El Barcelona ingresó 25 millones de euros, 7 más de lo que se habría llevado si el club alemán hubiera pagado su cláusula, que era de 18 millones, de forma que los teutones se ahorraban un pico en impuestos y los catalanes veían incrementado su beneficio económico. El Barcelona vendió a Thiago porque tenía a Cesc. Sucedió que, al cabo de un año, en verano de 2014, también vendió al centrocampista de Arenys de Mar. Aquel mismo verano también estalló el caso Asensio.
Asensio, la joya que dejó escapar el Barcelona
El Barcelona lo tenía prácticamente todo pactado con el Mallorca para incorporar a una de las más sólidas promesas del fútbol español en aquellos momentos pero la forma de pago dinamitó la operación. Mientras el club catalán pretendía pagar los 4,5 millones de euros que había pactado en forma de bonus y variables, prorrateando el pago, el Mallorca, que entonces sufría serios problemas económicos, pidió recibir el traspaso en un solo pago. El director general azulgrana, Antoni Rossich, se negó y la incorporación, que estaba apenas pendiente de la firma del hoy jugador del Real Madrid, se fue al garete. Asensio se fue al eterno rival, que lo cedió al Espanyol para que se foguease antes de regresar por todo lo alto a la disciplina blanca hace dos veranos.
Ya el año pasado dejó destellos de su gran calidad. En la ida de las semis ante el Bayern revolucionó el partido dando la asistencia del 1 a 2 saliendo desde el banquillo y en la vuelta marcó el 4 a 2 con un golazo. Esta vez ha sido titular en el Allianz Arena, donde además firmó el el 1 a 2 con el que los blancos se llevaron el partido mientras el Barcelona lo veía por la tele. El Barcelona tenía a los nuevos Xavi, Iniesta y Messi. Y les dejó marcharse.
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