Lionel Messi Argentina France Francia World Cup  2018 30062018Laurence Griffiths/Getty Images

No hubo milagro: Argentina perdió donde se esperaba

Las victorias tapan todos los defectos. Argentina pasó de ronda contra Nigeria porque Marcos Rojo creyó en un milagro y el centro de Mercado fue perfecto. Fin. Ni por rebeldía, ni por una búsqueda del equipo ni por un mensaje desde el banco. Con el 2-1 ante Nigeria, Argentina zafó del papelón. Y punto. Argentina no cambió a la dirigencia de la AFA ni el cuerpo técnico por cuarta vez en cuatro años porque Messi metió tres goles en Ecuador. Y por nada más. El equipo no apareció nunca, se movieron todos al ritmo de un Mascherano que se transformó en un líder más negativo que positivo y nunca de la mano de Messi. Y el partido contra Francia fue una consecuencia de los últimos dos años en los que esta Selección hizo todo mal. Argentina se quedó afuera en octavos y era requetecontra esperable. Cualquier otra cosa hubiera sido una sorpresa.

Quedarse afuera en primera ronda era demasiado. No injusto. Demasiado para una generación que empieza a trasladar su liderazgo a los que vienen empujando de a poco de abajo. Después de tres finales, no hacía falta que se fueran con tan poco crédito y tan puteados. En cambio, perder con claridad en octavos contra un candidato a llegar bien lejos, es a los que podía apuntar esta versión sin azúcar de Messi.

Cuando ya habían pasado 10 minutos de terminado el partido, cuando los franceses ya estaban bailando en el vestuario, Argentina todavía estaba en la cancha. Viviendo la fiesta entristecida que venía de las tribunas. No había sensación de tragedia, Mascherano dijo que “esto es un juego”. De eso ya se había zafado.

El artículo sigue a continuación

Es momento de renovar. No hace falta cargarse víctimas fáciles. Van a pedir la cabeza del DT, de Banega, de Di María, hasta algún poco futbolero pida por la cabeza de Lionel. Pero la renovación tiene que ser profunda y debe ir desde las inferiores y la dirigencia, hasta el estilo de juego, pasando por algunos jugadores que no tienen más para dar (con Mascherano que se retiró a la cabeza) y, si hace falta, el cuerpo técnico.

Sampaoli se equivocó mucho cuando quiso corregir lo que ya venía mal. Con la pelota de nieve que seguía cayendo, no supo cómo detenerla. No se animó a patear el tablero e intentar que el equipo juegue con su estilo. No se animó a limpiar a los que ya estaban para dar un paso al costado. A los nuevos los intentó sumar con lógica y eso quedará como su mejor herencia si se va. Armani, Tagliafico, Pavón y Meza pasarán a ser habitués de este equipo que apunta a la Copa América 2019 y después a las Eliminatorias que hace rato que no son fáciles.

El techo de Argentina 2018 era este. Octavos de final parece el lugar apropiado para un equipo que no tenía nada extra que dar, que nunca tuvo más que deseos de llegar lejos pero que al mismo tiempo tenía buenos jugadores como para quedarse afuera con Islandia, Croacia y Nigeria. Los cambios pensando en el futuro que sean mirando el pasado.

Anuncios