No invitaron al gol y a Colo Colo le falta ganar uno más para campeonar

DESDE EL ESTADIO MONUMENTAL

Colo Colo y Universidad Católica disputaron un Clásico 182 que no decidió la suerte de ambos en el campeonato pero que encaminó el final de campaña de los dos mejores representantes de la liga en el último lustro en un Monumental atestado, con 40 mil de blanco, parejas las fuerzas y el gol fuera de la lista de invitados. Mientras a los pupilos de Quinteros les falta un pasito más, a los Cruzados la siguiente Libertadores les queda todavía lejos.

El resumen del Clásico 182

Los de la franja entraron respetando, con sus líneas más retrasadas que las de un rival comprometido con encontrar su estrella 33 esta misma semana, y consciente de que ganando a mitad de semana llegaría en el escenario perfecto al domingo: necesitando apenas una igualdad contra el Curi en otra función reservada para la cancha llena. Pero no: deberá ganar sí o sí para armar la fiesta al frente de los suyos.

Y aunque cargó la cancha en dirección a la puerta de Dituro, en gran parte por el tándem Opazo - Bouzat que redobló la resistencia del Poncho Parot, en una primera mitad parca apenas pudo insinuar su cercanía con el gol en una aparición del Gato Lucero cayéndose frente al ex Celta que pasó ancha, además de un par de intentonas desde afuera de Gil que no incluyeron peligro y un zapatazo de Gabriel Costa que impactó vertical y línea mas no alcanzó a superar la meta. En el otro arco, la acción apenas se redujo a un cabezazo desviado de Clemente Montes entendiéndose con el Chapa. Y Holan, por seguro, no cuajaba con su propuesta.

En un choque marcado por la pierna fuerte, Roberto Tobar se encargó de darle rienda al espectáculo incluso cuando acaecían faltas que rozaban lo ilegal. En aquella senda el Albo salió a desenredar una faena compleja, rocosa, en la que apenas le quedó en la hora un balón suelto al Maxi Falcón para probarlo a Dituro desde fuera del área, seguido por otro paradón del meta cruzado a Costa que impactó de primera el centro que le ofrendó Bolados.

En la búsqueda por romper el cerco del último tetracampeón, Quinteros modificó a los extremos y en Bolados encontró un arma punzante, pero en un terreno donde reinaba la ansiedad el resultado se erigió como lo menos decidido. Es más, Lucero entendió que saliendo de su hábitat podría sumarle complicaciones a una zaga que nunca lo sufrió verdaderamente al bloque de ataque vestido de negro. Pero un dobele paradón de Cortés a diez del cierre energizó a todo presente y el camino al gol debía seguir vigente. Como ese tranco infructuoso se mantuvo hasta el cierre, el punto lo deja al Colo requiriendo de otros 3 para volver a mandar en Chile tras largos 5 años.

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