Colo Colo salió a comerse el mundo mientras se reencontraba con 5 mil de su gente, pero destrabar la semifinal de ida de Copa Chile no le fue nada sencillo. Aunque, claro, cuando lo logró tomó ciertos recaudos, en una imagen que bien se asemeja al último encuentro entre Albos y la Unión Española, el último fin de semana en Santa Laura. Esta vez fue goleada porque el visitante a Marathon 5300 se fue cayendo poco a poco ante la superioridad y presión de su rival.
El relato de Goal para Colo Colo 4-0 Unión
Lo concreto es que este Cacique, el del primer partido con público en 525 días (desde el 1-0 al Paranaense en el mismo escenario), es otro equipo en comparación al pre-pandemia: tiene un 9 que le dio peso a su carrera a punta de goles, un capitán que cambió las críticas por aplausos, un portero que saca las difíciles y un entrenador que supo el significado del sufrimiento antes de conocer las alegrías populares.
Iván Morales, quien con su doblete llegó a 15 gritos en la temporada que arrancó en marzo -tres por mes en una cifra que lo devolverá a la Selección-, se erigió ante los Hispanos como el líder de un ataque fortalecido por su dinamismo. Es que cuando se inclinó el ataque por el lado de Opazo, se quedó Suazo; y cuando comandaron Joan Cruz y Gabi Costa por los costados, el máximo artillero del plantel siempre se presentó como opción del área en la zona más peligrosa.
La primera vez de varios albos
La barra ovacionó a nombres propios como Falcón, Amor (uno que desde que llegó no sabe lo que es perder), Solari y los jóvenes Cruz y Vicente Pizarro, el más aplaudido en la presentación y refrendado en su altísimo rendimiento para controlar. Morales puso el primero, vía penal, tras una patada sufrida por Joan que confirmó el VAR en los mandos de Benjamín Saravia. En el complemento, trepó la izquierda completa Suazo antes de que Solari amagara a sus dos marcas y cediera para el atropello de Morales. La comodidad era absoluta para Quinteros y elenco, pero quedaba más.
Antes de la hora de fútbol, falló Jonathan Villagra al bajar un balón que le sirvió Luis Pavez Contreras, su compañero en la zaga, y Costa no dudó: picó en velocidad y la puso en un rincón. El último de la noche, ya bajo la lluvia santiaguina, fue la guinda, de la cual se encargó Emiliano Amor. Sí, el que no sabe perder y al mismo que le anularon dos por posición de adelanto, aprovechó el pivoteo de Falcón tras un córner y fusiló con su testa. Colo Colo, el que pelea en los dos frentes y se acerca a la Libertadores, es fiesta.Total.
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