
Nadie quiere quedarse sin fútbol . Así, poco después de que tanto las ligas holandesa y francesa cancelaran definitivamente sus respectivos campeonatos para dejar desierto el título en el primer caso y concedérselo al primer clasificado en el segundo las autoridades alemanas han dado luz verde al regreso de la Bundesliga . Será el próximo 16 de mayo cuando, tras sesenta y cuatro días del último partido disputado el fútbol teutón regresará abriendo la puerta a que las otras grandes ligas pendientes de tomar su propia decisión -Inglaterra, Italia y España- hagan lo propio en la medida que las autoridades sanitarias lo permitan.
Porque "lo primero es la salud" pero el negocio le sigue muy cerca pues para que el fútbol de élite pueda seguir adelante antes hay que liquidar la presente temporada porque sin fútbol no hay dinero de las televisiones y sin él tampoco hay más fútbol , un círculo vicioso que las competiciones más potentes no pueden permitirse romper a riesgo de que el chiringuito se venga abajo. La primera medida, como en cualquier otra empresa, han sido las reducciones salariales de los jugadores y demás empleados de cada club aunque no será la única .
Por lo pronto ha trascendido que el Barcelona ya trabaja en un recorte de sueldos de cara a la próxima temporada . "Si caen los ingresos también deben hacerlo los gastos" explican desde el club azulgrana ante el objetivo de rebajar en unos doscientos millones el coste salarial más elevado del mundo del fútbol , una situación que también afecta particularmente a otros clubes con un dispendio importante en sueldos en relación a sus ingresos, como es el caso de la Juventus. Ambos deberán convencer a sus jugadores para que se bajen el sueldo o acceder a traspasar a alguno de sus pesos pesados para equilibrar las cuentas porque no existe término medio.
Pero la situación "afecta a todos por igual" señala Francesc Arnau , director deportivo del Oviedo, de Segunda División, quien tiene claro que "igual que hay un antes y un después del coronavirus en la sociedad también lo habrá en el fútbol", que se reorganiza para reducir el impacto financiero ante un cierre del ejercicio fiscal -previsto para el 30 de junio, de momento- que puede desembocar en pérdidas económicas de muchos clubes y ver comprometidas las respectivas previsiones de fichajes de cada club. Por lo pronto el propio Barcelona ya tiene claro que deberá elegir entre Neymar o Lautaro y ha descartado fichar un central como era la intención porque no hay ni habrá dinero para todo.
El ex agente Josep Maria Minguella ya vaticinó en Goal el impacto de la crisis generada por el covid-19, "una situación que no habíamos vivido nunca" y advirtió que "de entrada los clubes profesionales tendrán pérdidas importantes porque si las competiciones finalmente no acaban no acaban será un desastre al perderse los ingresos audiovisuales y de taquilla, lo cual generaría muchos problemas a todos los clubes, con contratos futbolísticos y extrafutbolísticos que hay que cumplir" aunque sea a puerta cerrada, salvando lo que se pueda en cada caso.
Las consecuencias, por supuesto, tendrán un impacto directo no sólo a la hora de cerrar balances sino también cuando abra el mercado . En este aspecto, el club azulgrana intenta -de momento de forma infructuosa- incluir a alguno de sus descartes más cotizados en alguna operación y si recientemente ha intentado entenderse con la vecchia signora ha sido, precisamente, porque el club turinés se encuentra en una situación muy parecida. Pero las maniobras de los demás clubes no son muy distintas y el propio presidente de la FIFA, Aleksandr Ceferin, ya ha advertido de que "nada volverá a ser como antes" ni siquiera para los clubes más ricos del mundo, hoy más pendientes del trueque , lo cual tiene un punto postapocalíptico que da una buena medida de cómo tienen que cambiar las cosas para que todo siga igual .
El Liverpool, por ejemplo, ha congelado la renovación de un peso pesado como Georginio Wijnaldum y los demás clubes ingleses se mantienen a la espera de determinar la cantidad de las posibles pérdidas antes de tomar decisiones de mercado pero en la mayoría de casos existe resignación en cuanto a no poder reforzar todas las posiciones que lo requieran. Hasta la fecha el único de los grandes que ha realizado recortes salariales ha sido el Arsenal, a razón de un 12,5% a la espera de poder concretar si se cierra la temporada o no, mientras el Manchester United sigue especulando con incorporar al carísimo Jadon Sancho frente al menguante interés de un Chelsea que, a su vez, empieza a fijarse en objetivos más terrenales.
En Alemania, también el Bayern entiende que, como el Barcelona, deberá ser selectivo a la hora de reforzarse y todo apunta a que echará el resto por Leroy Sané a pesar de ser el único grande que ya tiene claro que la temporada llegará a su fin. Con ella, se podrán completar los pagos pendientes de los derechos televisivos que deben habilitar tanto el cierre del ejercicio como un mercado en el que fluya el dinero, aunque sea a un ritmo notablemente menor. Y esa es la cuestión que tiene en vilo las finanzas del fútbol planetario, que se pueden ver "afectadas por el efecto dominó que la recesión provoque en los clubes que más dinero mueven cada verano" según los expertos consultados.
