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Florentino Perez BartomeuGetty Images

Minguella, en Goal: "El coronavirus traerá pérdidas y el fútbol tendrá que adaptarse"


ENTREVISTA EXCLUSIVA

Josep Maria Minguella (Guimerà, Lleida, 1941) es alguien que no necesita presentación. Vinculado al Barcelona desde su más tierna juventud, se hizo mundialmente famoso como agente de jugadores, no en vano es el único que puede decir que ha intervenido tanto en la llegada de Diego Armando Maradona como en la de Leo Messi al Barcelona. Confinado en su domicilio barcelonés como cualquier hijo de vecino acaba de publicar  Minguella Leaks (Cúpula) junto al periodista Francesc Aguilar, una obra en la que repasa una trayectoria de casi cuarenta años y donde expone anécdotas y situaciones nunca antes reveladas.

¿Cómo pasa el confinamiento?

"Estoy en casa con mi esposa. Me levanto tarde, me ducho, almuerzo, camino por casa bastante rato, realizo algunos ejercicios físicos sobre la marcha, comemos y hago una de mis históricas siestas frente a la tele, por la tarde vuelvo a caminar y después de cenar veo un poco la televisión, todo salpicado por bastantes llamadas de familiares, amigos y gente del deporte, nos ponemos al día e intentamos entretenernos ante esta situación".

Usted ya publicó  Casi toda la verdad . ¿Con Minguella Leaks revela lo que le faltaba por explicar?

"Más bien es un complemento bastante amplio y muy bien escrito por el periodista Paco Aguilar. A lo largo de casi cuarenta años de trayectoria alrededor del mundo he hecho muchos contactos y vivido muchas situaciones muy curiosas, algunas se conocen y otras no. Cualquiera que quiera saber cosas más allá de esos veintidós tíos que persiguen un balón en un terreno de juego rectangular se lo pasará bien. Es una obra que se mueve alrededor de esta actividad que ha ido cambiando mucho en cuanto a peso económico y mediático por lo que llega mucho más al gran público sin olvidar la aparición del elemento femenino, tanto como jugadoras como aficionadas. El fútbol ha ido cambiando, como todo en la vida, y este es un libro ameno con situaciones explicadas con todo lujo de detalles. Al que le interesen estas cosas se lo pasará bien".

¿Lo que sale en la foto de los medios es realmente lo que sucede, habitualmente?

"Depende de qué situación. Hay algunas muy claras en las que se publica lo que ha pasado pero hay otras muchas cosas que pasan que entran dentro del ámbito privado de una negociación entre un jugador y un club y que no se pueden contar porque existe confidencialidad. Una empresa ordinaria tampoco explica los detalles de cada decisión que toma sino que, cuando le interesa, emite un comunicado si tiene algo que decir".

Ha trabajado con Vic Buckingham y Rinus Michels y ha gestionado la carrera de algunos de los futbolistas más importantes de las últimas décadas. ¿Con qué se queda?

"He disfrutado mucho de este trabajo. Empecé siendo futbolista amateur, seguí como entrenador de juveniles en los sesenta junto a Rodri y después llegué al primer equipo del Barcelona con Buckingham, que tenía unas ideas magníficas. Luego llegó Michels, el entrenador que cambió el fútbol y ese es el fútbol que recogió y reinterpretó Johan Cruyff ya en el Ajax. Es un estilo que ha generado muchos discípulos a pesar de que también el juego haya evolucionado. Haber trabajado con ellos es muy satisfactorio, me han influido mucho los tres".

¿Hay algo que lamente?

"En la vida hay momentos dulces y otros que no tanto. Me hacía ilusión llegar a ser presidente del Barcelona en 2003. He sido socio durante toda mi vida y me parecía que mi experiencia podía darle buenos resultados al club. He estado vinculado durante muchos años como jugador y como entrenador, también como intérprete y representante de jugadores, pero nunca estuve en la directiva. Hubiera sido interesante ver otro concepto de cómo dirigir al club. El Barcelona es una institución con mucho poder y haciendo las cosas bien tiene que estar por encima de ideas, clubes y personas. A veces he visto cómo presiones externas han provocado que se tomaran decisiones sorprendentes, por lo menos. Ese era mi objetivo pero eso ya es historia".

¿Con Cruyff la relación fue siempre buena aún cuando tenían intereses encontrados?

"Tuvimos mucha relación durante muchos años. Cuando estás en una actividad es normal que las dos partes defiendan cada una la suya. Johan, como entrenador del Barcelona, hacía lo que debía y llegó un punto en el que yo llevaba a varios jugadores del equipo, lo hacíamos abiertamente y siempre mantuvimos una gran relación profesional y personal, aunque a veces tuviéramos que defender cada uno postura distintas".

¿Quién es el negociador más duro con el que se ha cruzado?

"Ha habido varios pero Josep Lluís Núñez quizá fuera el más complicado. A menudo no intervenía directamente pero defendía los intereses del club y eso es algo correcto y comprensible. Durante años fichó a los mejores de la época, desde Maradona a Rivaldo pasando por Schuster, Romário o Ronaldo, pero nunca tuvo problemas en venderles si había que hacerlo, lo cual significa que él ponía los intereses del club por encima de los intereses de los jugadores".

¿Nota que esto ya no pasa?

"Esto ha cambiado mucho. En general los jugadores, especialmente si son de nivel y pasan mucho tiempo en el mismo club, acaban teniendo mucho poder. La enorme presencia mediática de un club como el Barcelona se basa en sus jugadores y si son buenos, ganan títulos y están mucho tiempo ganan influencia y poder de decisión en el club".

Es usted responsable de la llegada tanto de Messi como de Maradona. ¿A quién recomendaría hoy?

"Hoy ya no sigo tanto el día a día y no viajo tanto como antes, cuando veía casi todos los partidos in situ . Ahora los veo por televisión y no es lo mismo pero es evidente que hemos disfrutado de una gran plantilla que no ha tenido un relevo generacional. La prueba es que futbolísticamente el equipo no ha logrado ni siquiera mantenerse sino que ha ido perdiendo nivel a pesar de haber ganado la Liga. Creo que hace falta un central de categoría, dos centrocampistas modernos de ida y vuelta que lleguen al área rival y defiendan, y un delantero, ya sea por el centro o de banda. No puede ser que en la Masía tenga tan pocos jugadores ofensivos. Es cierto que Messi tapa muchas de estas carencias pero para aspirar a estar en el primer nivel es necesario tener una plantilla más completa, no sólo en cuanto a efectivos sino también en cuanto a calidad".

Ahora mismo están parados, entrenándose en sus casas. ¿Recuerda alguna situación parecida a la que vivimos?

"Esto no había pasado nunca, es una situación grave y con dificultades para todos, no sólo en el mundo del deporte. Es una situación de emergencia que sufre todo el mundo y el fútbol pasa a un segundo plano porque lo más importante es la propia vida y la de los seres queridos. Cuando todo vuelva a funcionar también lo hará el deporte y esperemos que esto quede como un simple mal recuerdo. No es momento de priorizar el deporte en ningún caso".

¿Adivina qué impacto puede tener la crisis del coronavirus en el mercado futbolístico?

"De entrada los clubes profesionales tendrán pérdidas importantes porque si hay la suerte de poder acabar las competiciones se acabarán comprimiendo, si no acaban será un desastre porque se perderán los ingresos audiovisuales y de taquilla, lo cual generaría muchos problemas porque los clubes tienen contratos futbolísticos y extra futbolísticos que hay que cumplir. Imagino que ello provocará que se modere el movimiento de dinero y el valor de los jugadores, que no tienen un precio fijo sino que viene marcado por la oferta y la demanda y se ha convertido en una burbuja donde se pagan auténticas barbaridades por jugadores que luego no ofrecen un retorno, lo cual es casi como tirar el dinero. Y cuando lo hace uno los demás le siguen, si uno vende por 70 a uno que vale 40 cuando va a buscar un sustituto también le piden de más y se genera la burbuja. Creo que todo eso se moderará y volveremos a tocar de pies en el suelo".

¿Puede ser peor para un Barcelona presupuestariamente al límite?

"El Barcelona ha sido uno de los impulsores de estos traspasos que culminaron en el trío formado por Coutinho, Dembélé y Griezmann. Cuando pagas por un jugador una suma desproporcionada cuando vas a buscar a sus sustituto también te piden otra salvajada. Y si pagas y luego la vuelves a pagar parece que 140 millones de euros son un precio de mercado cuando en realidad es una barbaridad, da igual el jugador que sea. Eso es prácticamente el 15% del presupuesto del club y apenas has comprado a un jugador sin tener en cuenta al resto de la plantilla, las amortizaciones, el cuerpo técnico y el personal del club. Al no haber precios fijados el que vende siempre parte de lo que acaba de ingresar el comprador que viene de vender y eso penaliza a los grandes, que son los que compran. Beneficia a los clubes medianos, si acaso, que venden por encima de su precio a sus jugadores".

¿En este escenario es conveniente ir a por Neymar?

"Es muy difícil de diagnosticar. Creo que habrá un reajuste de lo económico y a pesar de que se hable de Neymar no sé si será asumible. Es un gran jugador pero el Barcelona no sólo necesita cubrir su posición sino que tiene que cubrir otras, además. La economía es la que es, por lo menos hasta ahora. A partir de ahora veremos cómo será, hay que ver cómo queda la economía global en el futuro. No creo que haya nadie que pueda predecir cómo estaremos dentro de un año. En el fútbol tendrán que adaptarse a la situación y veremos si las televisiones, según lo que pase en el mundo financiero, se muestran receptivas a pagar lo que han pagado hasta ahora. Es un interrogante muy grande".

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