Racing y River jugaron un primer tiempo que será difícil de olvidar. No tanto por el desarrollo del mismo, en el que hubo momentos de acción, pero también varios pasajes en los que abundaron las imprecisiones. Lo que verdaderamente se recordará de este clásico correspondiente a la tercera fecha de la Superliga serán los tres minutos de furia en los que la Academia colapsó.
El equipo de Eduardo Coudet ganaba gracias a un tanto de Augusto Solari en el arranque del encuentro. Pero el Millonario no se cayó, buscó la igualdad y la terminó encontrando a los 35': Exequiel Palacios vio un hueco en la defensa local y metió una precisa asistencia para que Rafael Borré encare a Gabriel Arias y estampe el empate parcial que descontroló a Racing.
A partir del 1-1, el conjunto de Avellaneda se fue del partido. De hecho, apenas había vuelto a sacar del medio cuando perdió la pelota y, tras otro gran pase de Palacios, Matías Suárez le ganó la espalda a su marca y asistió al colombiano Borré para que gritara el segundo.
Pero eso no sería todo. Sesenta segundos después, con la defensa de Racing todavía golpeada y sin reacción, el que apareció fue Suárez para definir cruzado. 3-1 y desconcierto total en el Cilindro.
