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Quién es Marcos Díaz, el nuevo arquero de Boca

Marcos Díaz no es un ídolo más en Huracán . El santafesino fue el hombre que, con sus guantes, le devolvió la gloria al Globo luego de cuatro décadas sin títulos. Fue la figura indiscutida del equipo durante más de cinco años y el símbolo del plantel que logró que en el club de Parque de los Patricios ya no se hable de Promedios sino de copas internacionales. Por eso, nadie en la Quema quería saber nada con la posibilidad de que el arquero se fuera, y menos a Boca, equipo adonde se fue también su más reciente extrenador, Gustavo Alfaro.

El segundo refuerzo para Alfaro

Tan grande es la identificación de Díaz con Huracán que, a pesar de que no surgió del club y se puso la camiseta por primera vez recién a los 27 años, pareciera que hubiera nacido sobre Avenida Caseros. Sin embargo, sus orígenes están en la ciudad de Santa Fe, donde nació y se formó como futbolista: el Uno realizó todas las Divisiones Inferiores en Colón , pero prácticamente no tuvo chances de mostrarse en la Primera del Sabalero.

A la sombra de un hombre importante en el club santafesino como Diego Pozo, el arquero recién pudo debutar a los 23 años , el 8 de octubre de 2009, en una goleada 4-1 sobre Arsenal y, tras tres temporadas en las que pasó 63 partidos en el banco de suplentes y apenas 12 dentro de la cancha, antes del comienzo de la B Nacional 2012/13 se fue a préstamo a Gimnasia de Jujuy en busca de continuidad. Pero en el Lobo norteño tampoco encontró lo que buscaba: para Mario Gómez el titular era Lucas Hoyos y Díaz apenas tuvo la chance de jugar ocho partidos durante el año.

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Entonces, una vez finalizado el campeonato, llegaría la decisión que haría que dejara de ser Marcos para convertirse en San Marcos : nuevamente sin lugar en Colón, el arquero aceptaría la propuesta de Antonio Mohamed para sumarse a Huracán, que tenía el objetivo de volver a Primera. A pesar de que en el plantel del Globo estaba el hombre que lo había relegado durante tres años a la suplencia, Pozo, y había otro jugador con experiencia como Gastón Monzón, el Turco le había asegurado que llegaba con opciones para pelear el puesto.

La historia, sin embargo, no comenzaría bien. Pozo arrancó el torneo como titular y Díaz  tuvo su primera chance de jugar en la quinta fecha, pero apenas duró cinco minutos en la cancha: en la primera pelota que tocó, el arquero sufrió una lesión en el gemelo derecho y tuvo que dejar la cancha. Tendría que esperar seis meses más para tener otra oportunidad, la que sería la definitiva: el 27 de febrero de 2014, el santafesino entró en reemplazo de Monzón en el entretiempo de una derrota 3-0 contra San Martín de San Juan. A pesar de que le marcaron el tercer tanto, de penal y sobre la hora, dejó una buena primera impresión.

Al siguiente partido, Díaz sería titular contra Ferro y ya no saldría nunca más del equipo. Literalmente: tras aquel encuentro en tierras cuyanas, Díaz no se sentó en el banco en más de cuatro años y medio en el conjunto de Parque Patricios. Cada vez que estuvo para jugar, fue titular. Así, en la segunda parte de aquel 2014 empezaría a construir su leyenda.

Después de perder el ascenso en un desempate contra Independiente a mediados de año, el arquero fue la gran figura de un semestre inolvidable para el Globo: además de lograr el regreso a Primera, Huracán se consagraría campeón de la Copa Argentina, en el que sería su primer título oficial desde el Metropolitano de 1973. En los cruces de octavos y cuartos, el santafesino fue decisivo al atajar tres penales en las definiciones contra Banfield y Estudiantes, respectivamente. Y en la final se terminaría de consagrar al contener otros dos remates desde los 11 metros en la serie definitoria contra Rosario Central.

Al año siguiente llegaría el regreso a la Copa Libertadores, la consagración en la Supercopa Argentina contra River y el dolor de la Sudamericana: en la primera final internacional en la historia del club, el Globo perdería por penales contra Independiente Santa Fe, en una serie en la que Díaz no pudo contener ninguno de los remates rivales. Desde entonces, Díaz siguió agigantando su idolatría a partir de grandes actuaciones tanto a nivel local como internacional. Así fue como más de una vez Alfaro lo definió como "el mejor arquero del país" y por eso no dudó en pedirlo para su Boca, donde quería un competidor de primer nivel para Esteban Andrada en el arco. En la Quema pueden dar fe de que San Marcos es lo que buscan. Aunque no hubieran querido que se vaya nunca.

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