Fue la imagen de la tarde. Alrededor de las 15.30, Juan Román Riquelme ingresaba caminando a las oficinas donde funciona operativamente la Liga Profesional de Fútbol. Más allá de los dirigentes que estaban adentro, listos para iniciar el cónclave que tenía como objetivo el acuerdo para solicitar la salida de Marcelo Tinelli, nadie esperaba la llegada del 10.
De hecho, Boca no formaba parte del grupo de 15 clubes que presentaron la nota original el 24 de diciembre. Sin embargo, no tardó demasiado en integrarse y sentar postura de apoyo al pedido de remoción del conductor televisivo. Y la sorpresa por la presencia del ídolo Xeneize se esfumó cuando se conocieron los motivos para que sea el representante de la institución, por encima de Jorge Amor Ameal.
Según trascendió, Román planteó que su enojo con Tinelli data de finales de julio. Cuando el equipo de Miguel Russo fue eliminado por Atlético Mineiro, todo terminó en un escándalo, varios integrantes de la delegación debieron ir a la comisaría y se estableció que se había roto la burbuja sanitaria que regía para las competiciones CONMEBOL.
Al regreso, el plantel de Boca debió permanecer aislado durante 10 días en un hotel y allí comenzó el duelo: primero, el 10 aseguró que Tinelli le había confirmado que, con un PCR negativo, los jugadores podrían estar ante Banfield. Pero el dirigente del Ciclón desmintió esta situación y, luego de no aceptar la reprogramación del partido ante Banfield, tuvo que ser afrontado por el Xeneize con la reserva que había jugado 24 horas antes. Y unos días más tarde, la LPF rechazó postergar apenas 24 horas el duelo ante San Lorenzo, ya que de haberse jugado el miércoles y no el martes, los titulares hubieran estado disponibles y con el aislamiento completo.
"¿El martes con quién jugamos? ¿Hincha de quién es el presidente de la Liga? ¿Es muy difícil poner el partido el miércoles? Es sentido común, no hace falta ni pedir postergación", disparó Riquelme, mientras que la respuesta fue acusarlo de "pensamiento pequeño". Finalmente, el Ciclón ganó por 2-0 en La Bombonera ante los pibes dirigidos por Sebastián Battaglia y JRR nunca se lo perdonó.
Próximo partido
Desde aquel día, en el que Riquelme señaló como absoluto responsable al Cabezón, la relación está rota y solo faltaba la oportunidad para poder llevar a cabo la venganza.
