Nuevamente el Napoli se vio alcanzado en el marcador. Esta ocasión fue ante el Liverpool por la fase de grupos de la UEFA Champions League. Pudiera pensarse que no es un mal resultado; el problema es el cómo y que ilustra un mal crónico que el equipo ha enfrentado a lo largo de la temporada 2019-2020. Y otra vez queda de manifiesto la incompatablidad entre Hirving Lozano y Dries Mertens.
Probablemente, el cuadro Azzurri sea uno de los pocos en todo el mundo que usa un 4-4-2 y cuyos dos atacantes no rebasan los 1.75 centímetros. En ese sentido, el Chucky y el belga son dos futbolistas de condiciones similares, más allá de que el segundo tiene mucho más gol: rápidos, les gustan las diagonales en sus recorridos y habilidosos en el uno contra uno.
LO QUE LE GANÓ LOS ABUCHEOS DE THE KOP AL CHUCKY
La cuestión, no sólo en Anfield, es que el director técnico Carlo Ancelotti los alinea al mismo tiempo y, lejos de entenderse, la mayoría de las veces chocan y se estorban el uno al otro. Tan así que por lo general no acaban los encuentros juntos y el italiano se decide por Fernando Llorente —el único '9' nominal en la plantilla— o Lorenzo Insigne.
El mayor entendimiento que hubo entre el mexicano y Dries en la cancha consistió el abrazo en el que se enfundaron para festejar la anotación que significó rescatar al menos un punto.
Fuera de eso no existe coordinación en sus mecanismos tácticos: si uno se abre a través de la banda, el otro demora en reaccionar y posicionarse por el centro. Si alguno baja unos cuantos metros para recibir de espaldas, el restante no intenta romper líneas. Esa sincronía se gestiona mediante el tiempo y sin presión, lujos de los que no goza el Partenopei.
Carleto no lo entiende y el cronómetro apremia, y si no que se lo pregunten a Aurelio de Laurentiis. Con el club afuera por ahora de la siguiente UCL y el riesgo de quedar afuera en esta misma edición, la paciencia se le agota al estratega y su principal apuesta del mercado con la que se quiere morir: el propio Lozano.
