ANÁLISIS
Hace 188 días que el Camp Nou no celebra un gol de Leo Messi en la Champions League. En concreto, desde que viera puerta por partida doble en el 3 a 0 que el Barcelona le endosó a un Liverpool capaz de remontar tan adverso resultado la semana siguiente en Anfield. Desde entonces han pasado seis meses y cinco días y si bien es cierto que el Barcelona apenas ha disputado un solo partido como local en la máxima competición continental desde entonces también lo es que es mucho tiempo sin ver a Messi señalando al cielo europeo.
Este único partido fue en la segunda jornada de la actual edición de la Champions League frente a un Inter que se adelantó gracias a Lautaro Martínez. Messi estaba todavía lejos de su mejor forma física pero logró dar la asistencia del 2 a 1 para que Luis Suárez, con un doblete, lograra la remontada. Sin embargo, se quedó sin marcar en la jornada inaugural en el Camp Nou tras tres años imponiendo su ley en el primer partido como local que el Barcelona había disputado en la Champions League.
Es decir, había marcado un hat-trick el año anterior ante el Inter, un doblete en 2017 en la visita de la Juventus y otro hat-trick al Celtic en 2016. En esta ocasión el rosarino espera mojar frente al Slavia de Praga al que ya batió en el Eden Stadion hace dos semanas. El equipo le necesita más que nunca y el barcelonismo también. A fin de cuentas no es habitual que un futbolista como él haya pasado las últimas 27 semanas sin marcar un gol europeo como local en el Camp Nou por mucho que solo haya habido una sola ocasión para hacerlo. La historia reciente demuestra como Messi se basta y se sobra con un único duelo para lucirse de cara a puerta.
