EDITORIAL
"Solo hay un Andrés Iniesta" ha dicho Ernesto Valverde en incontables ocasiones. Ayer volvió a mencionarle para destacar que "es uno de los mejores centrocampistas del mundo". Actualmente en las filas del Vissel Kobe japonés, su rol en el Barcelona lo ocupa un Philippe Coutinho que ha modificado el patrón de juego azulgrana porque "siempre jugamos en función de los jugadores que tenemos".
Y a pesar de jugar en zonas similares, en la media escorados a la izquierda, el brasileño no tiene la vocación de centrocampista del manchego ni mucha menos su capacidad para iluminar el juego del colectivo. "Su forma de jugar es vertical, muy de jugársela en el uno contra uno, también en zonas más retrasadas donde el riesgo es superior" resume Valverde para subrayar, tal y como el propio Coutinho admitió hace días, que "está más cómodo por la izquierda".
Así puede encarar al rival e irse por dentro para intentar el remate desde la distancia, con la que ha logrado ya varios golazos desde que llegó al Barcelona. Es evidente que "nos aporta mucho desequilibrio" en ataque, según Valverde, quien también quiso dejar buena constancia de que "nos condiciona el equilibro entre la parte defensiva y la ofensiva" y eso es precisamente en lo que trabaja el cuerpo técnico del Barcelona en estos momentos, en lograr un equilibrio que permita al equipo no tomar riesgos innecesarios y los movimientos de Coutinho también son clave en defensa.
