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La lucha del Atlético Paso contra el volcán de La Palma: "No hemos podido sustituir a dos jugadores"

Cerca de 70 años después de su fundación, en el verano de 1952, el Atlético Paso afronta su temporada más difícil. Sus rivales no son tanto los otros equipos del Grupo 12 de Tercera División, que también, sino las secuelas que está dejando el difícilmente controlable volcán de La Palma.

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Porque el fútbol no es ajeno a los problemas que está ocasionando la erupción, con el Atlético Paso como uno de los mayores estandartes de la lucha contra las adversidades. Todavía rehaciéndose de los daños generados desde marzo de 2020 por el coronavirus, en septiembre se les presentó otro contratiempo al que hacer frente. "Aquel día 19, a partir de las 15:00 horas, se crearon muchas vidas paralelas por la cantidad de damnificados", cuenta a Goal desde la zona William Nazco, presidente de la entidad.

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"Gente buena, trabajadora y humilde como son los palmeros empieza a quedarse sin nada. Hay muchos palos del abanico que ir sosteniendo y ayudando para que la sociedad se mantenga en pie, empezando por las plataneras y las viviendas, pero también hay que ir al comercio, la salud y el deporte. En nuestro club a los que más les ha pegado esto es a unos 140 niños cuyos padres han perdido todo o casi todo", lamenta Nazco, a la espera de un apoyo mayor...

"Recibimos algunas ayudas pero la gran parte del presupuesto que viene por los padres del pago de las cuotas va a quedar muy dañada. Todos coincidimos en que los niños no se pueden quedar sin jugar, hay que incorporarles cuanto antes al deporte y al vivir cierta normalidad. Estamos tocando todas puertas, pero necesitamos una ayuda más sostenida", detalla el directivo. Los hándicaps son enormes: "Tenemos que poner guagua para desplazarnos más de una hora a otros municipios que nos ceden el campo para que los niños entrenen una vez a la semana, no más porque no podemos llevarles, no nos da para más. Además, mi hijo por ejemplo se marea por las muchas curvas propias de la geografía de la isla y cree que no va a ir más porque es una hora y media así".

Jorge Muñoz: "Antes todos querían venir por la fiabilidad del proyecto"

También analiza este mal trago el entrenador, Jorge Muñoz, segundo técnico de Juanma Lillo en su etapa en el Vissel Kobe: "A mi familia le ha tocado perder diferentes casas, terrenos y modos de trabajo. Es un palo fuerte que hay que afrontar. Seguimos pasando todas las etapas del duelo".

"Cuando estalla el volcán estábamos fuera de casa, tras una victoria, y al volver los jugadores no querían entrenar. En esos primeros días tenían sensación de miedo y ansiedad. Yo sabía que eso sólo nos afectaba a nosotros, no como la pandemia, que era a todos, por lo que les decía que lo que mejor nos iba a venir es entrenar y jugar", recuerda desde el norte de la isla, en busca de aire puro.

En la rutina, obviamente, se nota: "No entrenamos ni descansamos como antes, hemos perdido a dos jugadores desde el volcán y no los hemos podido reponer porque nadie quiere venir, cuando antes sucedía lo contrario por la fiabilidad del proyecto. Ya estamos jugando como locales, que no en casa, y es todo una montaña rusa. Afortunadamente lo vamos sacando con cariño y cuidándonos los unos a los otros, como hace la sociedad palmera. Si no, nos vamos a deprimir... y eso sí que no, somos canarios".

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