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Rosario Central analiza jugar como local ¡en su predio de entrenamiento!

Todavía no se sabe cuándo volverá el fútbol argentino, pero algo sí está claro: cuando regrese, la actividad será a puertas cerradas. Una medida necesaria para la salud pública, pero dolorosa para las arcas de los clubes, que deberán afrontar los gastos que implica la apertura de sus estadios, sin la posibilidad de recuperar ese dinero con la venta de entradas. Por ese motivo, los dirigentes comenzaron a estudiar alternativas para reducir la mayor cantidad de costos posible y en Rosario Central surgió una idea particular: en lugar de utilizar su cancha, el Canalla estudia la posibilidad de ser local en su predio de entrenamiento.

El country de Arroyo Seco, situado a 35 kilómetros del Gigante de Arroyito, cuenta entre sus instalaciones con un estadio con capacidad para 10 mil espectadores que ya tiene la habilitación de AFA para la disputa de partidos oficiales: durante cinco años, el escenario fue propiedad de Real Arroyo Seco, un club fantasma que nació en 2003 de la mano de Patricio Gorosito (un empresario cercano a Julio Grondona que terminó preso por narcotráfico) y llegó a jugar el Argentino A a pesar de no tener socios ni hinchas.

En 2008, cuando el faraónico proyecto comenzó a derrumbarse, Central adquirió los terrenos por 16 millones de pesos y mantuvo la cancha, que fue construida por la misma empresa que remodeló el estadio de Arsenal y cuenta con vestuarios que no tienen nada que envidiarle a los de la mayoría de los clubes de la Superliga. De hecho, cuando pasó por Primera en la temporada 2005/06, Tiro Federal jugó tres partidos como local en la que todavía era la casa del Real. "Somos uno de los pocos clubes del mundo que tiene dos estadios habilitados y esa es una ventaja importante. No hay nada definido, pero no descartamos jugar en el predio", avisó el vicepresidente canalla, Ricardo Carloni.

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Una mudanza a Arroyo Seco no sólo implicaría un ahorro en cuanto a los costos operativos, sino también en los traslados: en el country, que se extiende a lo largo de 21 hectáreas, hay un hotel cuatro estrellas en el que habitualmente concentra el plantel del Canalla.

Pero también hay una justificación deportiva detrás de la idea del cambio de localía: según trascendió, varios futbolistas de Central reconocieron haberse sentido incómodos en el partido de la primera fecha de la Copa Superliga frente a Colón, que se disputó en Arroyito y a puertas cerradas. "Hay que hablarlo con el plantel, cuerpo técnico y el psicólogo. El jugador se puede adaptar más a jugar sin gente en los lugares de entrenamientos que a hacerlo en un estadio como el nuestro, que habitualmente lo ves colmado con 40 mil personas", explicó Carloni. 

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