La ecuación parecía sencilla a mediados de 2017: Arsenal aceptaba vender a Alexis Sánchez a Manchester City si compraba a Thomas Lemar. El acuerdo entre las instituciones inglesas existió, pero la segunda parte no se cumplió y el chileno, medio año después, pasó al United. En 2018, Antoine Griezmann, pretendido por las grandes potencias del fútbol mundial, les avisó a los directivos de Atlético de Madrid que se quedaría en el club si llegaban refuerzos. Al delantero le cumplieron su pedido para impedir que arme las maletas. "Me mostraron amor. El club ha realizado un esfuerzo extraordinario para la contratación de Lemar, que corresponde a lo que necesitábamos", resaltó el francés. De este modo, el excrack de Monaco, en doce meses y con apenas 22 años, logró frustrar dos de las transferencias más esperadas del mercado europeo.
Lemar es una de las joyas que aparecieron en la temporada 2016-2017 en el equipo del Principado, tapado un poco mediáticamente por la gran explosión de su compañero Kylian Mbappé. Nació el 12 de noviembre de 1995, en Baie-Mahault, Guadalupe. Desde el Sub 17 que actúa en el seleccionado francés, pasando por todas las instancias hasta llegar a la Selección mayor. Es zurdo, se suele parar en el mediocampo y conectarse muy bien con los delanteros. ¿Puede desempañarse como extremo? Por qué no: le sobran capacidades para adaptarse a más de un sector.
Su llegada a la capital madrileña fue toda una revolución: costó 70 millones de euros y fue la operación más cara de La Liga en este verano. Hace un año, según los medios ingleses, Arsenal, por pedido de su entonces entrenador, Arsene Wenger, ofreció por el jugador una suma cercana a los 100 millones de dólares, número que fue rechazado.
