La de Brahim Díaz (21 años) es la cara buena de la moneda en las cesiones del Real Madrid, que tiene cruces como las de Reinier (19), sin oportunidades en el Dortmund, o Take Kubo (19), que en enero se vio obligado a cambiar el Villarreal por el Getafe. El malagueño se adaptó al Milán nada más aterrizar y su futuro es una de las incógnitas de los próximos meses.
En San Siro están encantados con el madridista. Maldini y Pioli van viendo cumplidas sus expectativas con el atacante, que ha mostrado soltura para manejarse en el exigente fútbol italiano. Es por ello que le han comunicado su intención de quedárselo en propiedad, para lo que será imprescindible convencer al Madrid: en el acuerdo por el préstamo para esta temporada, pese a las informaciones surgidas en Italia, no se incluyó una opción de compra.
Brahim es ahora el duodécimo jugador en minutos (1.251) del sorprendente y aplaudido líder de la Serie A. Su puesto en este ranking sería incluso más alto de no haber sufrido en Copa ante el Inter una lesión muscular de la que casi se ha recuperado: tras dos jornadas de baja, reaparecerá el sábado contra el Spezia (20: 45 horas) o el jueves 18 en Europa League frente al Estrella Roja (18: 55 h.).
El Milan, dispuesto a pagar 25-30 millones por Brahim
En el Real Madrid tampoco ha pasado desapercibida la progresión de un futbolista que sabían que crecería con continuidad. Así lo corroboran sus cuatro goles, tres asistencias y constantes detalles de calidad, que han abierto el debate en los despachos de Valdebebas. Brahim siempre ha gustado en el club, pero la crisis económica ha debilitado los planes: es preciso hacer caja y muy pocos, ni siquiera el capitán Sergio Ramos, son imprescindibles. Se desconoce al cien por cien, además, si Zidane se sentará en el banquillo en la 2021-22.
El Milán estaría dispuesto a ofrecer unos 25-30 millones de euros por disfrutar en propiedad de Brahim. La cifra puede seducir a los blancos, muy necesitados en cuanto a ingresos y a la vez poco convencidos de desprenderse de un talento así. Para que haya movimientos más significativos, en cualquier caso, hay que esperar al menos hasta marzo. El malagueño, que todo apunta a que en verano disputará los Juegos en Tokio, quiere demostrar algo de lo que nunca ha dudado: si le dan opciones, tiene sitio en el Madrid. Pero si no, muy atendido y cuidado a todos los niveles en Italia, le atrae la posibilidad de terminar de forjarse un nombre importante en San Siro.