De altas, bajas y algunos puntos medios. Millonarios perdió por la mínima en el Hernán Ramírez Villegas, dejando escapar el tren del Verde antioqueño que aún podría ampliar su ventaja. Esta vez el carro azul fue en bajada.
Porque en la fecha anterior venía de una subida, luego de una prometedora victoria ante Independiente Medellín, pero días antes había recibido el golpe de la eliminación en la Copa, no sin antes sacar un punto de Palmaseca, luego de perder el clásico bogotano… Y así se va desarrollando la montaña rusa embajadora, con sus constantes subidas y bajadas.
Esas mismas irregularidades han hecho parte del minuto a minuto durante los partidos, como si Alberto Gamero hubiese vuelto a perder el libreto del Millonarios más constante y convincente del semestre anterior.
Ante Pereira, que se jugaba su partido aparte por el tema del descenso, el equipo tuvo sus altas con las oportunidades de ataque haciendo valer el 4-5-1 propuesto, pero también bajas con la permisividad defensiva que terminó en el gol local cuando apenas había sido su segundo remate directo al arco.
Ya con la ventaja en el bolsillo, Pereira echó mano del juego mental para, ante cada falta, intentar sacar de casillas a los albiazules que cayeron repetidamente en la trampa. ¿El resultado? Pérdida de minutos valiosos para Millonarios y amonestaciones innecesarias. La concentración se hace un argumento fundamental para poder aspirar al título.
Ahora viene un Patriotas desmoralizado por sus últimas derrotas, oportunidad perfecta para que Millonarios vuelva con su tendencia al alza en El Campín y se meta de lleno en la pelea por el campeonato en medio de la revolución de los chicos que dominan cinco de las ocho primeras posiciones.
