Real Madrid Atlético Madrid 2021@Getty

Me importa un bledo

Anda el personal revuelto, como casi siempre. Esta vez, en aras del presunto morbo y la certeza de la acidez, con el tema de si el Atleti debería o no hacerle un pasillo al Madrid. La realidad, y no el deseo, es que el Atleti hará pasillo si le da la gana y no lo hará si no lo considera oportuno. Y que el Madrid no lo necesita. Aquí paz, y después, gloria. Ojalá lo haga con toda la naturalidad del mundo, porque esto es simplemente deporte, y no un concurso de idioteces. Hay badulaques que creen que un pasillo sirve para humillar al rival. Es lo que tiene la estupidez, que siempre insiste. La realidad es que hacer un pasillo al campeón no solo no humilla al equipo que lo hace, sino que le dignifica y eleva, porque es un gesto elegante. La realidad es que los pasillos se hacen para honrar al campeón y no para humillar al que no lo es, sea su vecino, su rival o hasta su enemigo. 

La historia que no vende es que hacer un pasillo debería ser lo más normal del mundo y no un arma arrojadiza de la cofradía del “y tú más”. El cuento es que esta fruslería del pasillo es una turra infinita de telepredicadores que exigen un pasillo para los suyos mientras tienen la hipocresía de refugiarse en la coartada de las obras en los lavabos. Y la verdad es que esta pamema del pasillo es una estupidez como la copa de un pino y tres abetos, porque los que hoy se niegan a hacer un pasillo inventado tropecientas excusas baratas - algunas datan hasta de la Edad Media-, son los mismos que estarían pidiéndolo a gritos en el caso de que su equipo hubiera sido el campeón. Esto no va de colores. Ni de "bienquedismo". Ni de escribir una postura equidistante. Va de cortesía. Y la cortesía no se exige, ni se espera. Se demuestra o no. 

No es una marcianada. Salvo mejor opinión, es compatible ser del Atlético de Madrid y querer que el Madrid pierda hasta el autobús, con el hecho de aplaudir un pasillo al campeón que no humilla al equipo que lo hace, sino que le dignifica. Y es perfectamente posible ser del Madrid y querer que el Atleti pierda hasta el partido contra la droga, con aplaudir un pasillo al campeón que no humilla al equipo que lo hace, sino que le honra. Lo que de verdad quieren los del Atleti es ganar al Madrid haya pasillo o no. Y lo que desean los madridistas es ganar al Atleti en su campo, haya pasillo o no. Uno entiende que haya atléticos que renieguen de hacerle pasillo a los madridistas y entendería la misma situación al revés. Lo surrealista es pretender hacer juicios morales, paralelos y hasta sumarísimos sobre qué debe hacer cada uno en su casa y con sus valores. 

La sensación, sea uno del Atleti - como es mi caso- o sea del Madrid - como en el caso de otros compañeros-, es que los periodistas somos endogámicos y nos pasamos el día generando debates artificiales, porque disfrutamos como un marrano en una charca apelando a los instintos más bajos. Hemos convertido un gesto deportivo en una manera de joder al prójimo. Pretender decirle al Atleti, al Madrid o al Elche qué tienen que hacer y cómo comportarse es kafkiano. Y aún peor es creer que un pasillo sirve para humillar al rival, cuando obedece a un gesto de cortesía que honra al equipo que desea hacerlo y al que nadie puede ni debe obligar, porque en eso precisamente se basa la cortesía. A quien esto escribe le importa un comino si el Atleti hará pasillo o no, si el Madrid lo hizo o no, si el Barça lo hizo o no y si el Sevilla y el Betis lo harían o no lo harían. Si hay pasillo, magnífico. Y si no lo hay, allá cada uno con lo que decide hacer en su casa y con sus valores. Resumiendo, que es gerundio, si hablamos de pasillos, a uno le viene a la cabeza la mítica frase que el capitán Butler le dijo a la señorita Scarlett O'Hara: “Francamente, querida, me importa un bledo”.

Rubén Uría

Anuncios