Este viernes, el volante del Necaxa Matías Fernández volvió a pisar el césped defendiendo a la Selección chilena, algo que no ocurría desde septiembre de 2016 cuando fue considerado por Juan Antonio Pizzi para la doble fecha de las Clasificatorias ante Bolivia y Paraguay.
Si bien, el técnico Reinaldo Rueda probó variantes en la oncena titular, finalmente decidió entregarle la conducción de La Roja al formado en Colo Colo, quien le ganó la pulseada a Diego Valdés. Una tarea no menor, ya que el mediocampista del Morelia había sido pieza fija en el esquema del DT caleño.
Con 32 años y siendo capitán de los Rayos, Fernández -que lució la “16”- no justificó su convocatoria frente a Perú. No solo no demostró que podía ser el “parche” para llenar el vacío dejado por el lesionado Pedro Pablo Hernández. También, abusó del pase corto, dio un discreto ensayo y no fue gravitante en los 90 minutos que permaneció en cancha.
Además, fue presa fácil de la fuerte zona media de la Bicolor, que lo desbordó con su vértigo, tuvo un bajo aporte en la organización del juego y tampoco aprovechó los pocos balones detenidos que dispuso en la línea de fuego.
La última imagen del futbolista en el combinado nacional se había dado ante los altiplánicos: reemplazó a Rodrigo Millar a los 53’ y estuvo solamente 10 minutos en el terreno de juego, pues una lesión muscular en el flexor del muslo derecho le impidió seguir en el terreno de juego. Felipe Gutiérrez lo reemplazó en aquel partido que terminó 0-0, pero que meses después el TAS lo daría por ganado a Chile (3-0) debido a la mala inclusión de Nelson Cabrera.
Desde ese episodio, Pizzi se olvidó de él y no entraba en los planes de “Rei”. Ahora la tarea está en pasar a convencer al colombiano para ser titular ante México, condición que tuvo con Marcelo Bielsa. Aunque quedó en deuda.
Cabe recordar que desde su debut el 17 de agosto de 2015, precisamente en un Clásico del Pacífico, Fernández suma un total de 75 partidos con la Selección chilena, marcando 14 goles.
