Arsenal River Copa Liga Profesional 03042021Getty Images

¿Le agarraron la mano? La previsibilidad empieza a complicar a River

La tabla de posiciones muestra este sábado que River ocupa el segundo lugar de la tabla de la Zona A. A priori, es un dato positivo. Claro está, cuando finalice la fecha 8 puede terminar nuevamente afuera de los puestos de clasificación a la Fase Final. Pero el equipo de Gallardo, aunque es inevitable, no puede poner el foco solamente en los rivales, porque su principal adversario hoy es River mismo y esa previsibilidad por la cual varios oponentes parecen haberle agarrado la mano.

Como hace una semana, después del partido con Racing, se hablará de la línea de seis, siete u ocho defensores que terminó parando Rondina cuando quedó en inferioridad numérica. Y sí, para nadie es cómodo que pasen los minutos y el adversario, por más inferior que parezca Arsenal en los papeles, no deje espacios en los últimos metros. Pero un equipo con la ambición y la mentalidad de los dirigidos por el Muñeco deberán comenzar a resolver ese tipo de situaciones antes que se le cruce el micro delante del arco.

En el Viaducto no hubo prácticamente ausencias. Así, no habrá lugar a explicaciones con olor a excusas. En un hipotético partido decisivo con todos a disposición, la formación sería muy similar a la de este sábado. Entonces, ¿dónde están las fallas para acumular dos partidos sin convertir? Una hipótesis podría ser que, a diferencia de otros momentos de este ciclo, no aparecen esas variantes en el juego para "romperlo".

Caer nuevamente en la ausencia de Nacho Fernández aburre tanto como esos pasajes en los cuales no aparece el cambio de ritmo, ese movimiento que descoloca defensas y gracias al cual Rafael Santos Borré quedaba en posición de gol. De la misma forma que el mencionado jugador de Atlético Mineiro o el Pity Martínez, Agustín Palavecino debe acoplarse y encontrar su lugar en la cancha, entenderse con el apagado De La Cruz, leer las diagonales de Suárez o las escaladas de Montiel o Angileri. Porque todo eso sigue ocurriendo, pero la ejecución con un anuncio previo le quita la sorpresa necesaria para abrir puertas.

Las chances de gol estuvieron en Sarandí. Eso es indiscutible. Y en ningún momento hubo un riesgo real para Armani. Pero a medida que los rivales eviten el palo por palo y asuman que una de las pocas formas de jugarle a este River es cederle la pelota para luego taparle los caminos, las chances de sacarse la mufa en torneos locales comenzarán a disminuir.

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