Universidad Católica perdió 2-0 contra Atlético Nacionalen el Hernán Ramírez Villegas y su solidez doméstica quedó puesta en entredicho en el intento de trasladarla al terreno internacional. Y si bien las conclusiones hay que guardarlas para finales de mayo, cuando termine la frenética aventura de seis fechas de Copa Libertadores en seis semanas, los puntos ya la apremian y las obligaciones, que bien entiende su presidente Juan Tagle, están puestas en los triunfos en San Carlos de Apoquindo que debe lograr sin dejar dudas... Argentinos Juniors y Nacional de Uruguay están a la vuelta de la esquina.
El camino internacional paso a paso
El Verdolaga, que debió salir de Medellín para continuar con su sueño libertador en Pereira, abandonó el letargo inicial mediante su vía más confiable para encontrar soluciones: la sucesión de pases. Descontrolando a la UC, también la incitó a correr detrás de la pelota con impotencia, puesto que entre la humedad y la intensidad de su rival no encontró la fórmula para remontar los goles del primer tiempo. La fórmula del 2-0, de Jefferson Duque, evidencia estas complicaciones. Fueron 33 las entregas previas al gol de su capitán, asistido por Andrés Andrade, el autor del primero. La jugada incluyó un tiki-taka de primera con taco de Jarlan Barrera incluido.
El tricampeón chileno tiene una semana para reencontrarse con su fútbol, ya que la ANFP la despejó de responsabilidades en una quinta fecha del torneo local en la que queda libre. Y estas no son pocas ni simples. En Colombia, apenas José Pedro Fuenzalida aportó con un tiro directo al arco de Aldair Quintana, que controló el recto remate del Chapa. Zampedri vivió desasistido y en sus movimientos hacia el costado se notó su búsqueda infructuosa incesante, Luli Aued se terminó apropiando del mediocentro ante la definitiva inclusión de Buonanotte por Saavedra y el circuito de juego hacia el ataque se vio disminuido, mientras el local ocultaba todavía más el balón.
Si Matías Dituro era figura hasta el descanso, y en su parada a mano cambiada a Andrade terminó por consolidarse, más allá de esos primeros 40' en los que la tienda franjeada logró imponer sus términos de presión desde los zagueros y de un mediocampo confiable, a partir del arranque del complemento solo había un equipo intentándolo, estatus que se incrementó con la lesión de Gonzalo Tapia a diez del final, que los obligó a remar en un todavía más imposible 10 contra 11. "Soy responsable de no haber encontrado el balance entre el control y generar más llegadas", leyó Gus Poyet. "Me voy con una buena sensación porque nuestros primeros 40 minutos en la Libertadores fueron buenos".
Remover a Rebolledo para retroceder a Chapa y, en ese mismo momento, acabar con la faena de un Gastón Lezcano que nunca fue peligroso, permitió que Diego Valencia y Gonzalo Tapia aportasen a la finalización con su frescura, mas la falta de claridad en 3/4 se le pegó a todos cual virus de largo alcance. Mientras Guimaraes resguardaba a los suyos para la definición de su liga, y en el reacomodo de fuerzas se mantenía en control de los tiempos del compromiso, Poyet intentaba hacer pie y sostenerse competitivo pese a que en el marcador y en el trámite lucía tan lejos de lograrlo como se encontraba. Sin reproches ni bajar los brazos, el tri se cayó en un momento del curso en el que sus oportunidades de trascender en copa son totales. Y sus expectativas, intactas siempre y cuando en Las Condes sea fortísimo.