Durante el ciclo de Daniel Passarella, luego de Estados Unidos 1994 y hasta Francia 1998, la Selección argentina recibió el mote de la "Riverción", cuando el Kaiser recurría a los futbolistas de River que ya había promovido a primera y por aquellos años formaban parte del equipo que conquistó la Copa Libertadores de 1996, la Supercopa del año siguiente y un tricampeonato local. La historia, 25 años después, parece repetirse de la mano de Lionel Scaloni en la Albiceleste y de Marcelo Gallardo, jugador en aquellos tiempos del Millonario y hoy responsable del gran nivel de varios de los seleccionados.
Tal es la influencia del club de Núñez en el equipo que logró la histórica victoria en La Paz ante Bolivia que el equipo titular presentó cuatro elementos surgidos de las juveniles y luego ingresaron otros dos en el complemento: Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Exequiel Palacios y Lucas Ocampos estuvieron desde el inicio y quienes entraron desde el banco son Guido Rodríguez y Facundo Medina. Y a ellos podría sumarse como séptimo nombre a Giovanni Simeone, quien había sido citado pero no estuvo entre los relevos en ninguno de los dos encuentros de este inicio de las Eliminatorias, sin contar además a Franco Armani y Lucas Alario, con presente y pasado Millonario respectivamente pero formados en otras instituciones.
Lógicamente, cada caso tiene su particularidad: tanto el lateral derecho como el defensor central, de actuación dispar ante Ecuador y más firmes contra la Verde, fueron piezas clave de los últimos años de la última línea riverplatense, aunque este último ya se despidió para sumarse a Fiorentina; el Pala, figura excluyente en el Hernando Siles, dejó el Millonario a fines del 2019 y no encuentra su lugar en Bayer Leverkusen; Ocampos, por su parte, es el único que no fue dirigido por Gallardo, ya que solamente vistió la banda roja durante la temporada 2011-12 en la Primera B Nacional y fue vendido a Francia apenas iniciado el Apertura posterior al ascenso.
Mientras tanto, Rodríguez y Medina son producto del semillero, pero no lograron hacerse un lugar en los planes de Napoleón: el volante central, jugó apenas 16 partidos entre 2014 y 2015, con Leo Ponzio como titular indiscutido en su puesto y, por esa razón, pasó a préstamo un año a Defensa y Justicia y luego se consolidó en México, hasta llegar a su actualidad en Betis; el defensor, que hoy juega en el Lens francés, no tiene minutos oficiales, ya que apenas integró algunos amistosos en las pretemporadas del 2016 y 2017, fue apenas cuatro veces al banco de suplentes en la Superliga y luego se marchó a Talleres, donde logró consolidarse y ser vendido al club de la Ligue 1, lo cual le reportó un ingreso económico considerable al Millonario por ser dueño de un porcentaje de la ficha.
ArchivoPrácticamente todos los nombres mencionados tienen un denominador común: Gabriel Rodríguez, el histórico trabajador incansable de las inferiores de River, que llegó al club en el año 1981, tiene a Gallardo como uno de sus máximos descubrimientos y, luego de trabajar con Aguilar, fue echado por Passarella y retornó a su función cuando asumió Rodolfo D'Onofrio. Bajo su tutela, actualmente en el cargo de Director General, además de Coordinador general de las categorías menores (séptima, octava y novena). Es también uno de los responsables del sueño del DT de conformar un equipo con al menos 80% de jugadores de la cantera.
A diferencia del ciclo del Kaiser, Scaloni no tiene ningún vínculo con River, más allá de la presencia como ayudante de otro prodigio de las juveniles, Pablo Aimar. Pero la máquina de producir talento se encuentra en funcionamiento pleno y la Selección argentina sonríe, a la espera de más caras nuevas.
