ANÁLISIS
Hoy se cumple un año de la presentación de Ousmane Dembélé con el Barcelona, un fichaje que se coció a fuego lento y en el que pasó absolutamente de todo, con el jugador declarándose en rebeldía ante el Borussia Dortmund, que a su vez le apartó de la dinámica de grupo tras el motín mientras la negociación se enrocaba hasta que el club azulgrana no aceptó poner 145 millones de euros sobre la mesa que convirtieron al francés en el jugador más caro de la historia barcelonista hasta la llegada de Philippe Coutinho, meses después. A Dembélé le ha costado encontrar su sitio en el cuadro azulgrana pero en el inicio de su segunda temporada está demostrando que este puede ser su año.
Dembélé elige triunfar en el Barcelona
Ha adelantado su regreso al trabajo nueve días para ponerse a punto y consagrarse. Sabe que no tendrá otra oportunidad y la posibilidad de que llegara Antoine Griezmann el pasado verano, competencia más que seria, le ha despertado tras una primera temporada marcada por las lesiones, la mala alimentación y la falta de adaptación a un vestuario que le ha recibido con cariño. Cuando ha estado en el campo Leo Messi no ha dejado de buscarle en ningún momento, buena prueba de que el rosarino espera mucho del extremo francés, que en el arranque de la que es su segunda temporada en azulgrana se ha mostrado como el jugador más en forma del equipo junto con Messi.
Tanto es así que en los tres primeros partidos oficiales ha sido intocable en el once inicial, igual que jugadores indiscutibles como Marc-André Ter Stegen, Jordi Alba, Gerard Piqué, Sergio Busquets, Luis Suárez y el propio Messi. Su estatus crece y él se siente cada vez más cómodo. Autor de 2 goles en 3 partidos, ve puerta en uno de cada dos remates esta temporada, duplicando sus prestaciones goleadoras con respecto a la pasada campaña, con el añadido de que en ambos casos supusieron goles importantes. El primero fue el empate ante el Sevilla, el gol que propició la remontada, y ante el Valladolid su tanto significó asegurar tres puntos importantísimos en Pucela.
Es obvio que Dembélé está encontrando su forma de encajar en este Barcelona pero esto todavía no ha acabado. Philippe Coutinho no estaba listo para ser titular en los dos primeros partidos pero ya lo está. Ante el Valladolid ambos ocuparon el flanco izquierdo del ataque azulgrana y en ocasiones coartaon las incorporaciones de Alba, uno de los mejores socios de Messi la temporada pasada. Sin embargo, Dembélé puede jugar por los dos lados porque es ambidiestro. Sin ir más lejos, de los 6 goles que ha metido en azulgrana 3 han sido con la zurda y 3 con la diestra, confirmando que ofrece un perfil muy exclusivo no solo en el Barcelona sino en el mundo del fútbol en general.
