EDITORIAL
Luis Enrique Martínez dejará paso a Ernesto Valverde de forma oficial el próximo jueves, cuando el 'txingurri' será presentado como nuevo entrenador azulgrana de forma pública. El nuevo preparador azulgrana hereda el equipo en mejores condiciones que el asturiano, que asumió poderes en 2014 tras una temporada en blanco a las órdenes de Gerardo 'Tata' Martino. La mano de Luis Enrique no tardó en notarse y el cuadro azulgrana alcanzó el segundo triplete de su historia en la primera temporada con él. A pesar de que le guste poco ser protagonista, es responsable directo de algunas de las mejores noticias de los últimos años... pero también de alguna de las peores. Este es el balance de su gestión.
Sin duda, lo mejor que hizo Luis Enrique fue imprimir su carácter a un equipo que había perdido aliento con el ex de Newell's Old Boys, que llegó tras fallecer Francesc 'Tito' Vilanova y asumiendo un vestuario que no había diseñado. El asturiano reconectó a los jugadores y apenas entendió que Leo Messi come al margen del resto, tal y como le hizo entender Xavi Hernàndez tras la visita a Anoeta con la que el Barcelona arrancó el año 2015, el equipo echó a andar como una apisonadora.
Aquella primera temporada también supuso volver a ver a Gerard Piqué a su mejor nivel, que había ido perdiendo progresivamente desde el adiós de Pep Guardiola. Lucho estuvo muy encima suyo, recordándole sus condiciones y le dio margen incluso para explayarse ante los medios sin reprimendas de ninguna clase. También ha logrado la explosión definitiva de Sergi Roberto, aunque habitualmente insista en que el mérito es del jugador. Sin embargo, como Roberto, Luis Enrique era un jugador polivalente que entró en el once titular barcelonista a través del lateral derecho para luego consolidarse hasta acabar luciendo el brazalete de capitán. Se lo pasaría a Carles Puyol, que a su vez se lo entregó, ya con Luis Enrique al frente del vestuario, a Xavi.
¿Cómo jugará el Barcelona de Valverde?
Además, en sus dos primeras temporadas logró introducir interesantes variantes tácticas a un Barcelona cuyas estrellas, Xavi especialmente, empezaron a notar el paso de los años. Así, en su primera mitad de ciclo, Luis Enrique y su Barcelona solían aplastar a cualquiera que se le pusiera por delante. Últimamente, el equipo ha mantenido la vocación ofensiva pero sin capacidad de controlar el partido como antes, lo cual ha acabado penalizando al equipo, especialmente en la Liga. Quizá la ausencia de Xavi haya dejado demasiado solo a Javier Mascherano ejerciendo como brazo derecho del entrenador.
Entre sus debes se encuentra, precisamente, la falta de liderazgo público que ha exhibido en la sala de prensa. Más allá de su gélida relación con la mayoría de periodistas, no ha dado muestras de controlar el vestuario en determinados capítulos recientes y solo sus exabruptos han evitado que la bola se hiciera más grande, aunada a la poca capacidad de improvisación demostrada en su última campaña, donde no se ha salido ni un milímetro de su planificación, aunque ello implicara salir con varios suplentes en La Rosaleda pese al empate del Real Madrid en el derbi mardileño que hubiera permitido recuperar el liderato y, de mantener los mismos resultados que siguieron aquel partido, adjudicarse el título de Liga.
Por otro lado, en un club como el Barcelona siempre es importante fijarse en el filial, al que Luis Enrique había dirigido. Es el único entrenador con más de una temporada al frente del equipo que no ha promocionado un solo jugador desde el B. "Para que jueguen con el primer equipo deben mostrar nivel suficiente" explicó recientemente, dando a entender, que no estaba satisfecho con el rendimiento de ninguno de los jóvenes valores ni siquiera en ausencia de lateral derecho tras el ostracismo al que condenó a Aleix Vidal durante media temporada a pesar de ser el único carrilero diestro del equipo.
Algo parecido ha hecho con Jérémy Mathieu, al que señaló en la derrota en el Juventus Stadium, como si el resto del equipo hubiera estado a la altura. El francés ni siquiera ha completado un entrenamiento desde entonces. El club alega que arrastra molestias desde entonces. También han quedado señalados Arda Turan e incluso Denis Suárez, una apuesta personal del técnico que sentenció a principio de temporada que "esta es la mejor plantilla que he tenido jamás" para señalarles inequívocamente al asegurar que "no me equivoqué en nada" tras la debacle en Turín.
