Mala noticia para Ranieri y para el pueblo giallorosso, por lo tanto: la causa de la lesión de Dybala, durante Roma-Cagliari, fue un pase de tacón efectuado al 73' para habilitar a El Shaarawy.
Desde allí el delantero sudamericano, tras una mueca de dolor, se sentó en el terreno del Olímpico siendo atendido y evaluado por el equipo médico: a pesar del intento de ponerse de pie y probar su pierna izquierda, al 75' Dybala tuvo que rendirse regresando al banquillo y mostrando una reacción de frustración, visiblemente desconsolado y en lágrimas.
Y eso que la Joya, en el partido ganado por la mínima contra los sardos gracias al gol de Dovbyk, no había sido titular y había ingresado al 64' en lugar de Soulé: su tarde, sin embargo, duró apenas 11 minutos.