Año clave para la Selección mexicana: Lo que podemos esperar del Tri antes del Mundial 2026

Ante la dificultad de encontrar rivales de selecciones nacionales por las eliminatorias en todo el mundo, México ha optado por enfrentar a clubes sudamericanos durante las Fecha FIFA de enero. Estos encuentros representan una alternativa interesante para mantener el ritmo competitivo del Tri, ya que equipos como el Internacional de Porto Alegre y River Plate, ofrecen un nivel exigente similar al de selecciones. En el primer mes del año, este tipo de partidos serán clave para experimentar con nuevas alineaciones y reforzar la identidad de juego del equipo.

Además de mantener a los jugadores en actividad internacional, estos enfrentamientos permiten a México medir su nivel contra estilos de juego distintos. El futbol sudamericano es conocido por su intensidad, técnica y ritmo, características que podrían poner a prueba tanto la defensa como el ataque del Tri. Estos partidos no solo ayudarán a Javier Aguirre a evaluar a los jugadores, sino también a preparar a la selección para enfrentar contextos complicados en el Mundial.

La expectativa es que estas visitas a Sudamérica y otras partes del mundo se repitan a lo largo del año, aprovechando la oportunidad para reforzar la relación del fútbol mexicano con este continente. Además, permitirá que los futbolistas del Tri se familiaricen con ambientes adversos y de alta presión, como los que enfrentarán en 2026.

En marzo, México participará en el Final Four de la Concacaf Nations League, donde se medirá en la semifinal contra Canadá. Este torneo será una gran oportunidad para que el Tri no solo avance a la final, sino también para medirse potencialmente contra Estados Unidos, que ha dominado la competencia desde su creación en 2019. Un enfrentamiento entre ambas selecciones podría ser una prueba fundamental de cara al Mundial.

Para Javier Aguirre, superar al combinado canadiense será un desafío, ya que el equipo norteamericano ha mostrado un crecimiento constante en los últimos años. Sin embargo, el verdadero reto sería enfrentarse al vecino del norte en una posible final. Estados Unidos se ha convertido en un rival incómodo para México, superándolo en los últimos torneos oficiales, lo que aumenta la necesidad de demostrar que el Tri puede recuperar su hegemonía en la región.

Ganar la Nations League no solo reforzaría la confianza del equipo, sino que también serviría como un mensaje claro de que México está listo para competir en el más alto nivel. Este torneo será una de las pocas oportunidades para probar a los jugadores en un escenario de alta presión, lo que lo convierte en una prioridad dentro del calendario del Tri.

La Copa Oro 2025 será otra oportunidad clave para el Tri, que buscará revalidar el título obtenido en 2023. En aquella ocasión, un gol agónico de Santiago Giménez en la final contra Panamá devolvió la esperanza al equipo y a la afición tras un periodo complicado. Este torneo se perfila como un escenario ideal para consolidar el proyecto de Javier Aguirre y demostrar el crecimiento de la selección en el último año.

Más allá de defender el título, la Copa Oro permitirá a México enfrentarse a rivales tradicionales de la región como Canadá, Costa Rica y Estados Unidos. Estos duelos serán esenciales para ajustar el sistema táctico y fortalecer la cohesión del equipo. Además, brindará a jóvenes talentos la oportunidad de destacar en un torneo oficial y ganar experiencia internacional.

Un buen desempeño en la Copa Oro no solo ayudará al equipo a mantener la confianza, sino que también reforzará la conexión con una afición que exige resultados. Para el Tri, este torneo será un paso fundamental en la preparación para el Mundial, donde buscarán ser protagonistas en casa.

Uno de los grandes objetivos del Tri en este ciclo mundialista es potenciar a los jóvenes futbolistas y abrirles las puertas a las ligas europeas. La exportación de jugadores será clave para enriquecer la base de la selección con futbolistas que compitan al más alto nivel. Javier Aguirre y su cuerpo técnico deberán identificar a las promesas del fútbol mexicano y darles minutos en partidos internacionales para acelerar su desarrollo.

La experiencia en ligas de élite no solo beneficia a los jugadores, sino también al nivel general del equipo. México necesita más representantes en competiciones como la Premier League, LaLiga o la Serie A para cerrar la brecha con selecciones que cuentan con planteles repletos de figuras internacionales. Este fogueo es fundamental para competir de igual a igual con las potencias mundiales.

Al mismo tiempo, fortalecer la red de visores y vínculos con equipos europeos será esencial para concretar transferencias que beneficien tanto a los jugadores como al fútbol mexicano. Si bien el camino no será fácil, lograr una mayor presencia en Europa es un paso crucial para que el Tri alcance sus objetivos en 2026.

El regreso de Rafael Márquez al fútbol mexicano, esta vez como auxiliar técnico, marca un capítulo importante en la historia del Tri. Después de su paso como entrenador del Barcelona B, Márquez dejó en pausa una prometedora carrera en Europa para integrarse al proyecto liderado por Javier Aguirre. Su experiencia como jugador y entrenador lo convierten en un elemento clave para la preparación del equipo rumbo al Mundial.

El papel de Márquez será doble: por un lado, contribuir con su visión táctica y experiencia en escenarios de alta exigencia; por otro, servir como mentor para los jóvenes talentos que buscan consolidarse en la selección. Su presencia en el cuerpo técnico también refuerza la identidad del Tri, pues Márquez es un referente histórico del fútbol mexicano.

Además, esta etapa como auxiliar podría ser la antesala de un rol más protagónico en el futuro, como técnico principal para el siguiente ciclo mundialista. Para México, contar con un líder como Márquez en el banquillo es una señal de que el proyecto está enfocado en recuperar el protagonismo a nivel internacional.