¿Cuántos metros por debajo de la tierra está el infierno? ¿A qué altura se toca cielo? Zidane no tendrá el dato exacto, pero sabe en cuánto se llega de un sitio al otro. Su viaje fue de 270 minutos. Cuatro horas y media de fútbol repartidas en una semana perfecta sirvieron al Real Madrid para resucitar en Liga y seguir vivo en Champions. Tres partidos en los que el entrenador se jugaba la cabeza y que se saldaron con victoria. Nueve puntos sobre nueve posibles justo cuando el francés se tambaleaba en el banquillo.
Del infierno...
Después de ganar al Inter en Italia, parecía que el Real Madrid enerezaba el rumbo. Pero dosderrotas inesperadas complicaron la situación de Zidane. La primera fue en Valdebebas, con el Alavés ganando 1-2 el pasado 28 de noviembre. Un par de días después, el Shakhtar Donetsk volvía a vencer a los capitalinos, esta vez en Kiev, para dejar al borde de la eliminación a los 13 veces campeones de Europa.
Con el Sevilla, el Borussia Monchengladbach y el derbi a la vista, en distintos medios de comunicación se empezó a hablar del presunto utimátum de Florentino a Zidane. Incluso se dijo que el presidente ya había mantenido conversaciones con Pochettino para que el técnico argentino se hiciera cargo del equipo ante la posible salida del actual entrenador.
Se llegó a leer y a escuchar, además, que el francés había perdido el control del vestuario, que algunos de los referentes ya no estaban con él como lo habían estado en el pasado. Un pasado que incluye tres títulos de Liga de Campeones, por cierto. Pero el rumor se instaló y, en teoría, el preparador galo llegaba a Nervión con un pie fuera del club.
... al cielo
El primer match-ball fue en Sevilla, donde el Madrid ganó bien en el Pizjuán. Un estadio grande en el que los futbolistas dieron la cara por su entrenador, como lo habían hecho en el Camp Nou o en San Siro. Un autogol de Bono provocado por Vinicius valió tres puntos fundamentales para llegar con aire a la primera final europea. Algo empezaba a quedar claro: el vestuario estaba con Zidane.
Así las cosas, el Madrid llegó al miércoles con la obligación de ganar para no depender de nadie y meterse como primero de grupo a los octavos de final de la Champions. Tenían que vencer al entonces líder, un Borussia que había hecho méritos en Alemania para ganar a los españoles (finalmente fue 2-2) y al que le valía el empate para pasar. Y el Madrid ganó con amplia superioridad, evitando los cocos continentales en Ronda de 16 y jugando uno de los mejores partidos del curso.
Quedaba el tercer match-ball para Zidane. Redondear una semana perfecta o decir adiós a LaLiga, esa era la cuestión. Y pasó lo primero, con el Real dando un baño importante al hasta ahora mejor equipo de España. El Madrid dejó sin invicto al Atlético, reavivó la lucha por el título y Zidane cerró una semana de ensueño. Un viaje del infierno al cielo en apenas 270'.