Gustavo Alfaro debutó en Boca ante Unión con la intención de pisar fuerte, pero el resultado le devolvió un cachetazo: fue un 0-2 en Mar del Plata que dejó más dudas que certezas para el flamante cuerpo técnico.
LA '10' Y LA CINTA: LOS MIMOS A TEVEZ
El Lechuga hizo varios cambios con respecto a aquel equipo de Guillermo Barros Schelotto, que quedó allá en el tiempo a pesar de que solo hayan pasado 38 días de la derrota en Madrid. Para enumerar: cambió el esquema y pasó del 4-3-3 al 4-2-3-1; puso a Tevez de titular, como enganche; hizo debutar a dos juveniles, Weingandt y Capaldo; y presentó a Junior Alonso, uno de los refuerzos que pidió. Pero el primer experimento del entrenador estuvo lejos de ser el esperado.
De hecho, el "nuevo" sistema mostró falencias que ya se habían visto durante el ciclo del Mellizo. El desabastecimiento al '9', que en este caso fue Darío Benedetto, zonas descubiertas entre los extremos y los laterales -los dos goles llegaron tras desbordes por afuera-, poco volumen de juego, muchos centros a la nada... "No se puede jugar tan mal", dijo Benedetto tras el final del primer tiempo. Razón no le faltó.
Es solo la primera prueba, ante un rival que ya venía con ritmo de juego y con un plantel que empieza a acostumbrarse a un nuevo ritmo de trabajo. Alfaro lleva solamente un puñado de prácticas y necesitará tiempo para que pueda empezar a verse su mano. El domingo tendrá otra oportunidad para seguir experimentando. Una que, a su vez, será la última.
