Hace mucho tiempo que Valencia y el valencianismo no me sorprende. Ni para lo bueno, ni para lo malo. Me explico. No me sorprendió ver a casi 1000 personas cambiando su domingo de semana santa por un partido en la pelea por no bajar a segunda división, y llorando como magdalenas por la derrota, del mismo modo que no me sorprende la nula capacidad de acción que hay entre el empresariado y político valenciano para frenar al mayor trilero que ha pasado por el Valencia CF.
Es decir, ya no me sorprenden las cosas. No me sorprende Peter Lim, que ayer reapareció con una sonrisa y buena cara tremendas junto a su socio Cristiano Ronaldo, mientras su club se está ahogando en la primera división. A él, el Valencia CF se la trae completamente al pairo. Es una falta de respeto tan grande a la entidad, a sus propios trabajadores, a los que humilla y pone a los pies de los caballos, y por supuesto a la propia sociedad valenciana... que no me entra en la cabeza que haya políticos dispuestos a sentarse con estos tipos.
Valencia es la ciudad del todo vale. Es la ciudad del nunca pasa nada. Es la ciudad del despelote y la algarabía. No hay derecho, el valencianista se está comiendo muchas cosas que no merece, pero también está soportando hasta donde quiere soportar, porque un máximo accionista en estas condiciones no debería haber conseguido engañar tanto, ni tanto tiempo. Pese a tener voceros a sueldo en la ciudad y algunos que pese a que se hacen las víctimas con facilidad, también les ayudan bastante a vender sus 'cambios'.
Ayer mientras el club intentaba apagar el enésimo incendio provocado por la dupla Lim&Mendes, la enésima lesión de Thierry Rendall, jugador que no pasó el reconocimiento médico, al máximo accionista le dio por salir feliz y sonriente junto a su socio Cristiano. De risas, con el simbolo del OK. El famoso OK de Lim. Es decir, ayer ni siquiera tuvo reparo en vender a su propia empleada, Layhoon, que será la que pagará los platos rotos y la rabia que ya siente el valencianismo por la figura de Lim y todos sus secuaces.
Y sí, digo que tenemos lo que merecemos en parte porque aquí en Valencia nadie ha tenido el valor de frenar esto. Se ha mirado para otro lado cuando el club ha ignorado los derechos fundamentales de cualquier sociedad, vetando a prensa, acosando a prensa, vetando a aficionados, maltratándolos, censurando. Aquí, hace años que los políticos cobardes que tenemos hubieran actuado con fuerza si el empresario fuera valenciano. Porque en Valencia somos así, nos matamos entre nosotros y regalamos todo al de fuera. Ese es nuestro sello.
Todo lo ocurrido en los últimos cuatro años ya dejaba a las claras donde terminaría el club. Y pelear ahora por no bajar, no es una sorpresa es la causa de lo que ha ejecutado Lim. Al que por mucho que nos quieran contar, no le preocupa lo más mínimo descender. Él sigue en el jueguecito de no vender o sí vender. Cuando esto ya no va de si quiere o no quiere vender. Esto va de que banco, políticos y afición apretándole hubieran provocado la venta hace años.
Pero aquí montaremos otro hastag en breve, nos reiremos de la gente que está dejando el alma por sacar a este trilero del club y a otra cosa mariposa. Sí, me leen bien. Tenemos lo que nos merecemos. Y ojo, que en breve comenzará la campaña de verano del corte inglés. Rebajas a precio de leyenda.
Héctor Gómez / "Tribuna Deportiva"


