+18 | Contenido comercial | Se aplican términos y condiciones | Juega responsablemente | Principios editoriales
Santiago Solari Real Madrid Girona Copa del Rey 24012019

Solari, juglar y embajador del futbolista currante

Eugenio

Sería excesivo tildar a Santiago Solari de moralizador. Pero seguramente ahí está su rasgo más definitorio desde que se hizo cargo del banquillo del Real Madrid. El argentino llegó a un equipo agotado por la victoria que estaba ante un dilema existencial: paladear la decadencia o emprender el camino de vuelta al origen. 

Los futbolistas claves del Real Madrid daban señales de fatiga y aburrimiento. Parecían envidiar el brío que veían en Cristiano Ronaldo, que había abandonado el club para reinventarse, para buscar otro reto. Todos sentían que su historia en el Real Madrid ya estaba escrita. Modric flirteaba con el Inter, Bale quería volver a la Premier, Marcelo pensaba en la Juve… Las vacas sagradas estaban cansadas de ganar con la misma camiseta y querían añadir elogios en otros idiomas a su natural narcisismo.   

En ese contexto, un discurso tan burócrata como el de Lopetegui no casaba con una plantilla endiosada. En todo ese papeleo, fue cuando llegó el 5-1 y la destitución del técnico vasco.

Solari llegó como solución interina. Conocía la casa y había compartido vestuario con Figo, Ronaldo o Zidane. No había ego que le podía impresionar. 

Valdano cuenta que Solari era un resistente, ahora que la palabra está tan de moda. Nunca se plegaba cuando el club le quería buscar una salida. En cierta forma, Solari quería representar el rol del futbolista normal en la pasarela de aquel tiempo. Le gustaba machacarse delante de las estrellas, ser algo así como un espejo. Era su manera de erosionar minutos en una plantilla que parecía diseñada por un adolescente jugando a la Play Station.  

Santiago Solari Real Madrid Girona Copa del Rey 24012019

En todo ese trasiego, Solari aprendió que el relato de los clubes cuenta casi tanto como los resultados. Entender la literatura de una institución, como pasa con las personas, acerca al método para conseguir hacer carburar a dicha institución. En este sentido, Solari se ha convertido en un militante de la grandeza del Real Madrid, como demuestran las declaraciones serenas ante la omisión de Guardiola del Madrid como gran equipo de esta década.

En este sentido, como si fuera un intelectual seducido por una causa, Solari también le ha dado cera al Barcelona en sus columnas de El País. Después del 7-0 frente al Bayern de Múnich, el Indio avisaba al eterno rival que un gran club también se demuestra en la forma de perder, dando a entender que dejarse llevar de esa manera era impropio de un conjunto que lucha, cuerpo a cuerpo, con el conjunto más laureado de la historia.  

Son precisamente estos dos atributos los que, de momento, le dan éxito a Solari: usar un discurso cuidado en sala de prensa para convencer a la opinión pública con un pico de oro y ser el embajador del futbolista trabajador. 

Solari, ahí nadie le puede quitar mérito, no mira el carné de estrella, sino el rendimiento y la brega durante la semana. Y lo hace como señalaba Aristóteles, suave en las formas y duro en las decisiones. Si no que se lo pregunten a Isco, que solo recibe halagos en la sala de prensa y banquillazo en los partidos.

Sabe el entrenador blanco que conviene ser una persona leída para responder a la misma pregunta mil veces. Dibuja mejor la sonrisa de embajador el hecho de tener un léxico cuidado. 

Solari, en parte, se venga de los titulares por carné que tanto le taparon en su carrera de futbolista número 12. Ahora es el entrenador y puede dar cumplida venganza en nombre de todos los jugadores currantes que se vieron cubiertos por el polvo de las estrellas. Mientras cumple esa venganza, genera un ritual moralizador. Luego el Madrid gana, a trancas y barrancas muchas veces, pero gana. Y él lo celebra como si fuera un juglar, cantando a la leyenda blanca y postulándose para dirigir al Real Madrid otra temporada más.

Anuncios

ENJOYED THIS STORY?

Add GOAL.com as a preferred source on Google to see more of our reporting

0