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El partido ante el FC Barcelona no ha hecho más que confirmar algo que estaba sucediendo en el Atlético de Madrid: la fragilidad y la poca estabilidad que tiene la defensa rojiblanca. Los 4 goles que ha encajado Jan Oblak han venido de varios errores, gravísimos todos, de una zaga que ha dejado atrás aquellos tiempos en los que era una fortaleza y se ha convertido en algo completamente diferente.
En todas las jugadas de los goles azulgranas se ha notado la falta de control que tuvo el conjunto de Simeone para defenderse de un extraordinario Barcelona, recordando a los mejores tiempos del equipo de la Ciudad Condal. Con un Adama en su mejor momento, y Alves, siendo clave en el centro de campo, como puntales, el Atlético tuvo muchísimos problemas para detener el ataque culé.
Los titulares, por méritos y no por otros factores
Una de las grandes conclusiones que deja el encuentro en Barcelona tiene que ver con algunos jugadores. Debe volver la meritocracia. Quién esté mejor, titular, y quien no, al banquillo o a la grada. El nivel que han mostrado algunos jugadores, al menos durante los primeros 45 minutos, es muy lejano al que son capaces de mostrar. El bajo rendimiento de algunos, como es el caso de Mario Hermoso, completamente superado defendiendo a Adama, es para alarmarse.
Y lo peor es que no es de ahora. Hay señales desde hace tiempo advirtiendo del bajón de muchos miembros de la primera plantilla. Lo que queda claro es que hay futbolistas que no deben jugar por lo que han sido, sino por el rendimiento. Eso lo debe tener claro el cuerpo técnico, que parece que ha perdido una de las señas de identidad que aupó al Atlético en su momento.
Problemas de lo más alarmantes
Otro de los puntos en los que tiene que hacer más hincapié el cuadro colchonero tiene que ver con la concentración y los fallos de marca. El tercer gol azulgrana fue un claro ejemplo de ello. Tras el lanzamiento al larguero de Piqué, se produjo otro remate hasta llegar el balón a Araujo, que anotó sin resistencia y batió a un Oblak, que, por datos, es el peor portero de Primera División.
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GettyUn 46% de paradas solamente tiene el esloveno, irreconocible en lo que llevamos de campaña. De los últimos 21 tiros a puerta que han lanzado al portero, 15 han sido gol en contra del Atlético. Algo completamente inimaginable hace un tiempo, cuando Oblak fue una de las claves para que el conjunto colchonero ganó el título liguero.
El cuarto, ya en la segunda parte, volvió a ser un espejo de lo que le sucede a un Atlético vulgar, sin ideas, y sin esencia. La combinación entre los jugadores blaugranas terminó en el remate sin bloqueo de Alves, que fusiló para marcar la cuarta diana del encuentro, y dejó de nuevo en evidencia lo que está sucediendo en un cuadro rojiblanco agotado y sin alma.
El ataque no salva las carencias defensivas
Sí, también hay noticias positivas. La mejora rojiblanca con la expulsión de Alves y el gol de Suárez, que cuajó una notable actuación, fue evidente, pero insuficiente. El vigente campeón de Liga se quedó corto para intentar recortar distancias a un Barcelona que supo aguantar y que supo temporizar el encuentro para evitar sufrir en exceso.
La actuación de jugadores como el uruguayo, Carrasco o Cunha son algo de luz dentro de la oscuridad que rodea a uno de los equipos que más altibajos está viviendo a lo largo de esta temporada. La reflexión debe ser grande y prolongada, ya que no se pueden perder más puntos en lo que queda de temporada, y la defensa debe ser el punto clave para rearmarse. El Atlético tiene tiempo, pero no se puede permitir quedarse fuera de la Champions…