El Sevilla ha sido uno de los clubes españoles que más se ha movido en el mercado de fichajes. A pesar de que el club de Nervión venía de ganar la UEFA Europa League y ser cuarto, Monchi ha cerrado cinco fichajes y ha garantizado la continuidad de dos de los cedidos de la pasada campaña como son Suso y Bono.
El dinero, como le gusta decir al presidente, José Castro, está en el campo y esta vez en un mercado casi sin precedentes para el Sevilla. Del Sánchez-Pizjuán sólo han salido dos titulares del pasado curso como son Reguilón, que terminó su cesión del Real Madrid, y Banega al acabar contrato. No ha habido ninguna gran venta a pesar del interés que han suscitado Ocampos, Diego Carlos o Koundé, por el que se rechazó una importante oferta del Manchester City.
Sin esa inyección económica, el Sevilla ha tenido la capacidad económica suficiente para invertir casi 70 millones de euros en los fichajes de Ivan Rakitic, Óscar Rodríguez, Marcos Acuña, Idrissi, Rekik y la continuidad de Bono y Suso, que además han empezado la temporada a un gran nivel. Además, muchos sevillistas celebran la continuidad de Carlos Fernández casi como un fichaje más. El canterano goza del cariño del grada y el año pasado se lució en Granada y competirá por un puesto con De Jong, que ha mejorado sensiblemente su aportación goleadora y goza de toda la confianza tras ser el héroe de la Europa League, y con En Nesyri.
Mejor plantilla pero aún no mejor once
Goal
Como consecuencia, Lopetegui tiene una plantilla más amplía que la temporada pasada con todos los puestos doblados a excepción de el de lateral derecho, donde Navas sólo tiene la competencia de un Aleix Vidal que se ha quedado a pesar de que ni siquiera ha participado en la pretemporada. A priori la plantilla es mejor y ofrece más alternativas y sólo está por ver si el once de gala llega al nivel de el de la temporada pasada.
De momento, Rakitic aún está lejos de su mejor nivel físico y sólo ha podido dejar detalles en sus primeros partidos. Aún así ya ha estrenado su casillero goleador y se ha ganado la confianza de Lopetegui, que sabe que necesita al croata para reemplazar la sensible baja de Éver Banega. La otra gran ausencia es la de Reguilón, Acuña es su sustituto y, de momento, ha cumplido en sus dos primeras apariciones aunque mostrándose menos en ataque que el de Collado Villalba.
Por su parte, el polivalente Óscar Rodríguez debe empezar a sumar minutos en la rotación cuando el calendario se ponga cuesta arriba después del presente parón y debe ayudar en una de sus especialidades, el balón parado. En cuanto a los últimos en llegar, Idrissi debe dar competencia y descanso a Ocampos, que el año pasado lo tuvo que jugar todo por el mal nivel de Rony Lopes. Lopetegui busca desborde y desequilibrio con él para un equipo que se atasca con rivales que se cierran mucho. En cuanto a Rekik, es el único central zurdo de la plantilla y si se acopla bien puede también ayudar a que Diego Carlos respire y no acabe tan exigido como el curso pasado.
El lunar, los descartes
El gran lunar de la planificación ha vuelto a ser el de los descartes. Corchia y Roque Mesa sólo han podido encontrar acomodo tras rescindir su último año de contrato y Amadou se ha ido al Angers cedido con opción de compra después de que ninguno de los clubes franceses interesados abonara lo que el Sevilla pedía por el traspaso. No ha podido colocar Monchi a Aleix Vidal y Gnagnon, que tendrán dorsal pero a priori no tendrán muchas oportunidades. El galo tenía la opción de quedarse como cuarto central pero volvió a llegar fuera de forma y el Sevilla acabó firmando a Rekik a pesar de que se ha quedado.
Para hacerles hueco, el Sevilla que, a priori quería que se quedasen, ha tenido que ceder a Bryan Gil y a Pozo al Eibar, donde se curtirán en la élite a las órdenes del exigente Mendilibar. Sólo las ventas de Kjaer al Milan y de Sergio Rico al PSG han dejado algo de ingresos a un Sevilla que ha puesto el dinero en el campo y ha mantenido a todas las estrellas que ha podido para seguir creciendo.