Parecía que Sergio Ramos, hijo pródigo del Sevilla, no volvería a Nervión. Ni siquiera siendo agente libre después de finalizar su contrato en el París Saint-Germain. El jugador de 37 años se reencontraría con Karim Benzema después de que varios medios dieran por hecho su fichaje por el Al-Ittihad de Arabia Saudí. Se esperaba que en las próximas horas la llegada de Ramos a su nuevo equipo se hiciera oficial. El de Camas sería compañero del delantero francés, con quien lo ganó todo en el Real Madrid, y no volvería a jugar en el Sevilla. Pero un giro radical en los acontecimientos lo cambió todo.
El central sevillano tiene 37 años y se encontraba sin equipo tras haber finalizado su contrato con el París Saint Germain el pasado 30 de junio. Es decir, el Sevilla no paga ni un solo euro en concepto de traspaso. En ese sentido, eso no es problema para un Sevilla repleto de problemas defensivos. Lo que no iba a poder pagar el club hispalense es la enorme suma de dinero que pagaría el conjunto asiático.
De hecho, según ha informado el periodista especializado en fichajes Fabrizio Romano, el club árabe le ofrecía a Ramos hasta 50 millones de euros por cada una de las dos temporadas en las que estaría en la entidad. Así pues, el Al-Ittihad 'bañaría en oro' a un futbolista que acabará su contrato con 39 años. Números imposibles para un Sevilla que el último día de mercado tuvo que conformarse con la llegada de Mariano Díaz.
¿Qué problema tuvo Sergio Ramos con un sector de la afición del Sevilla?
Sin embargo, el factor económico no era el único que ponía en seria duda su regreso a Andalucía. No hay que olvidar que muchos aficionados exponen cierto recelo por supuestos desplantes del pasado. Por ejemplo, en un Sevilla-Real Madrid de enero de 2017, hubo un serio incidente entre un sector de la grada del conjunto andaluz y el entonces capitán del Madrid. El defensa internacional realizó varios gestos a un sector de la grada, que le insulta cada vez que jugó en el Sánchez Pizjuán, y pidió perdón al resto del estadio después de marcar un penalti que significaba el 3-2.
Sergio se explicó a la conclusión de ese encuentro. “Yo no he calentado nada. Se hablará mucho de mi celebración en el gol del penalti, pero no le he faltado el respeto a la afición del Sevilla. Sí a una parte que se acuerda de mi madre y la insulta. No es justo. Son muchos los años que llevo viniendo aquí y no puedo aceptar que insulten a mi familia”, decía Ramos, que se quejaba de los insultos recibidos desde que llegó al estadio del Sevilla. “Esa parte de la afición no merece mi respeto. Creo que el presidente del Sevilla debe tomar medidas para que no se manche a toda una afición como es la del Sevilla”. Y aclaraba: “Lo he intentado arreglar, pero aquí hubo una manipulación. Quiero hablar en el campo cuando vengo a Sevilla y no por otras cuestiones, pero hay momentos y momentos”.
“El día que me entierren habrá una bandera del Sevilla. Igual no se entiende mi celebración, pero repito que no le he faltado el respeto a la afición del Sevilla. Solo a una parte de ella”, dijo en su día Ramos, quien reconoció que le dijo a David Soria, portero del Sevilla, que la celebración no tenía nada que ver con él. “Aquí han recibido a Alves y Rakitic, que no han mamado el sevillismo como yo, y son recibidos como auténticos dioses. Y a mí se acuerdan de mi madre”.
Todo se remonta al verano de 2005, cuando Sergio Ramos fichó por el Madrid. Una parte de la afición, en especial el grupo ultra de los Biris, consideró que forzó su salida al conjunto capitalino. Se culpó a Ramos de su traspaso cuando el club andaluz recibió 27 millones de euros en una salida pactada. No ayudó que el Sevilla anunciara que Ramos salió pagando la cláusula. Desde entonces, el ex internacional español fue insultado y pitado cada vez que ha visitado el Sánchez Pizjuán. Hasta hoy.
Las disculpas en su vídeo de presentación
En el vídeo que confirmaba su regreso a casa, Ramos quiso pedir perdón por "cosas y gestos" del pasado.
"Hola sevillistas, hoy es un día muy especial para mí, muy emocionante. Por fin vuelvo a casa, estoy deseando que llegue ese momento. Es el momento de volver a sentir la camiseta del Sevilla y ponerme este escudo en el pecho. Pasaron 18 años desde que me fui y creo que cometí errores. Quiero aprovechar la oportunidad para disculparme en primera persona y pedir perdón a cualquier sevillista que se haya sentido ofendido por cosas y gestos que pude hacer en su momento. Estamos todos en el mismo barco, somos todos la misma familia", expresó.
