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Rubén Uría: "Todo ok, José Luis"

Se ha dicho por tierra, mar y aire. Se ha repetido tropecientas veces. Nos lo han explicado con palotes, peras y manzanas. Nos han contado que el VAR no acabaría con la polémica, que no es infalible y que su uso sirve para reducir el margen de error. Que solo actuará en jugadas indiscutibles, meridianamente claras, en las que nadie pueda opinar lo contrario. Nos han dicho una y otra vez que el VAR no actúa en una acción donde existe disparidad de opiniones y criterios, pero nos entra por un oído y nos sale por el otro. Nos han repetido, por activa, por pasiva y por perifrástica, que el VAR no interviene en jugadas interpretables, ni en jugadas que pueden ser grises, sólo en jugadas indiscutibles. Nos lo han dicho ex árbitros, nos lo explican los que se preocuparon de asistir a los cursos de formación, nos lo repiten en los videomarcadores, nos lo explican cada fin de semana y por si existe alguna duda, nos ofrecen una rueda de prensa con los responsables arbitrales por si alguien tiene algún tipo de duda, pero nos da igual ocho que ochenta que ochocientos cincuenta porque lo que vende es lo de “Todo ok, José Luis”.

El asunto no es el VAR. Ni en el fondo, ni en la forma. El objetivo es cambiar todo para que nada cambie. Embarrar todo y que nadie hable de fútbol. Que es justo lo que se viene haciendo cada vez que el negocio necesita agitación, vender escándalo, morbo o conspiración. Pero eso, amigos, ya pasaba antes del VAR. El problema no es que la utilización del sistema haya sido perfecta en la jugada de Suárez y Cuéllar, porque hay grises y en ese caso, no se aplica el protocolo, mal que pese a los suministradores de estramonio. El problema no es el VAR, ni las quejas a mansalva, ni los lloros sistemáticos, ni los famosos comunicados que son papel mojado, ni las declaraciones de unos y de otros porque todos defienden sus intereses. El problema ni siquiera es el raje por el artículo 33 cuando se pierde y el callar como una señorita de compañía cuando se gana. El problema tampoco es el ruido de una industria que no razona porque se dedica a gritar, ni tampoco es el forofeo cutre salchichero y lastimoso de periodistas incapaces de informar porque están ocupados en militar. Antes fue el Villarato. Hoy es “Todo ok, José Luis”.

El problema es que sale un tío por la tele, dice que los árbitros son muy malos y todo el mundo asiente, porque a estos tipos nadie les defiende. El problema es que nos llenamos la boca de hablar de valores y nadie explica al resto de la industria del fútbol qué significa convivir con el error. El problema es que los que critican el VAR son los mismos que lo reclamaban. El problema es que vivimos en un país donde hay barra libre para decir sandeces hasta batir el récord del mundo de estupidez supina. El problema no es el VAR. El problema es que algunos han entrado en tal grado de patetismo, que se abrazan al “Todo ok, José Luis” como un náufrago a un madero en mar abierto. El problema no es el VAR. El problema es que no toquen a nuestro equipo. El problema es poner precio a la dignidad y echar porquería gratis. El problema es el forofo que llevamos dentro, el mascachapas que vive instalado en la histeria colectiva por cualquier decisión arbitral. El problema somos los que fomentamos esta insufrible lata mediática y esta barra libre de histeria colectiva. “Todo ok, José Luis”.

Rubén Uría 

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