Ganar la séptima Copa Libertadores es el gran deseo que desde hace años persigue Boca, transformado en una obsesión mayor a medida que pasan los años y no logra conseguirlo. Y también lo es para Juan Román Riquelme, artífice absoluto como jugador de tres de las últimas cuatro conquistas y figura descollante de la edición 2007, la última vez que pudo levantar el trofeo.
LOS NÚMEROS DE LA GESTIÓN RIQUELME
El 8 de diciembre del 2019, Jorge Amor Ameal fue elegido Presidente del Xeneize, pero el hombre clave de la elección fue el 10, quien asumió el rol de vicepresidente y armador del Consejo de Fútbol. A nivel local, los títulos llegaron y fueron en total seis. Además, promovió juveniles que hoy integran el plantel profesional y otros ya fueron transferidos, pero la gran deuda sigue siendo el plano internacional.
LAS LIBERTADORES DE BOCA CON ROMÁN EN EL PALCO
Durante su gestión y sin contar la edición actual, Boca sufrió tres eliminaciones dolorosas por Copa Libertadores: en 2020, goleado en semifinales por Santos en Brasil; en octavos de final del 2021, por penales, con escándalo y "robado" según Riquelme, ante Atlético Mineiro; y también en octavos del 2022, como local contra Corinthians, desde los 12 pasos.
El 2023 tiene un condimento especial. Será la última oportunidad, al menos en su primer ciclo como dirigente, de jugar una final y conseguir la séptima. Desde hace tiempo que el 10 remarca que quiere continuar dentro del club, sin definir aún si aceptará el primer lugar de una lista, pero que ganaría las elecciones "por 95 a 5" por su trabajo.
Boca llegó a las semifinales "a los ponchazos", o al menos por penales. Porque empató las series ante Nacional en octavos de final y Racing en cuartos, para pasar en ambos casos por las atajadas de Chiquito Romero y la efectividad a la hora de patear. Y contra Palmeiras, en la ida de las semis, repitió el 0-0 de tres de los cuatro encuentros jugados contra el Bolso y la Academia.
La revancha se disputa el jueves 5 de octubre en el Allianz Parque, el nuevo estadio del Verdao, pero emplazado en el mismo sitio donde Riquelme brilló en la semifinal del 2001, en una de las mejores actuaciones individuales de la historia de la competencia. Allí, el equipo dirigido por Jorge Almirón intentará llegar por primera vez en cinco años a la final, desde la dolorosa edición del 2018.
Está claro que, en caso de conseguir el triunfo y el boleto para estar en el Maracaná el 4 de noviembre, un mes antes de la posible fecha de los comicios, prácticamente garantizará la reelección de Román. Pero una derrota sería un golpe duro para una de sus promesas y haga que seguramente la campaña electoral gire en torno a estos sucesivos "fracasos" internacionales.


