El triunfo ante Liga de Quito en la altura parecía definir la clasificación de Boca a semifinales de la Copa Libertadores, pero Gustavo Alfaro decidió asegurar el pasaje y no cuidó a ninguno de los habituales titulares en la vuelta en La Bombonera. El 0-0, sin embargo, le costó las lesiones de Eduardo Salvio, un pequeño desgarro, y la de Wanchope Ábila, una bastante más grave.
El delantero sufrió una avulsión parcial en el aductor derecho, es decir, un desprendimiento: la inserción del tendón que adhiere el músculo aductor al hueso a la altura de la ingle se separó parcialmente de ese hueso. Por fortuna para el futbolista, no debió pasar por el quirófano, pero se estimaba que la recuperación le demandaría un mes y la gran duda pasaba por si llegaría o no a las semifinales ante River.
El comienzo de la semana previa al primer cruce recibió al ex-Huracán con buenas noticias: luego de realizar un trabajo especial junto al cuerpo médico desde aquel 28 de agosto -el día que se produjo la lesión-, pudo entrenarse con normalidad y a la par de sus compañeros. Así, aunque llegará sin rodaje para el choque de ida, el DT podría contar con su centrodelantero titular y la incógnita, entonces, se transforma en si estará desde el arranque o en si será suplente.
