Miguel Ángel Russo es uno de los tres entrenadores de Primera División que forma parte del grupo de riesgo por el coronavirus, tanto por su edad como los antecedentes del cáncer al que derrotó hace algunos años. Por esa razón, fue separado del plantel de Boca inmediatamente después de conocerse el brote masivo en la burbuja sanitaria de Ezeiza y, aunque pudo volver a dirigir a sus jugadores en Ezeiza, no estuvo al frente del equipo en los partidos que se jugaron en el exterior. Pero este martes, como el Xeneize reciba a Libertad en La Bombonera, será su regreso al banco de suplentes.
La sugerencia del cuerpo médico, compartida por la dirigencia, fue que el DT de 64 años evitara el traslado y compartir la estadía con varios futbolistas que dieron positivo, aunque ya hayan dejado atrás el virus. Por eso, si bien su deseo era el de formar parte de la delegación, primó el cuidado de la salud: se quedó en su hogar tanto para el partido contra Libertad en Paraguay como para Independiente Medellín en Colombia.
Tal y como indica la línea de sucesión, quien estuvo al frente del equipo y logró puntaje ideal fue Leandro Somoza, a quien conoció por su paso por Vélez y ya lo acompañó en Cerro Porteño, cuando reemplazó al histórico colaborador Hugo Gottardi. El Flaco había sido uno de los contagiados más allá del plantel profesional, junto al preparador físico Damián Lanatta y al entrenador de arqueros Fernando Gayoso, quienes, según informó el club, volvieron a dar negativo, como antes del viaje a Asunción.
Boca JuniorsLa otra pieza que ganó importancia dentro del grupo fue Mariano Herrón, quien debió hacerse cargo de los futbolistas que habían evitado contagiarse y trabajaron en un "corredor seguro", mientras que dio la conferencia de prensa luego del triunfo contra el Gumarelo. Así, Miguel volverá a su lugar en el mundo con la tranquilidad de que sus laderos le regalaron dos triunfos fundamentales para ilusionarse con la séptima.
