Banfield River Torneo Liga Profesional 09102021Getty Images

Para River, esta vez es en serio

La historia de Marcelo Gallardo, obligado a jugar en partidos importantes con mayoría de suplentes, arrancó hace ya casi siete años: fue aquel 0-1 ante Racing en la fecha 17 del Torneo de Transición del 2014. River, que afrontaba la primera serie con Boca por Copa Sudamericana y peleaba con la Academia por el título local, fue a Avellaneda con un equipo alternativo y dejó prácticamente todas sus chances en el Cilindro.

Patra el Muñeco, la doble competencia fue la regla y este semestre es la excepción. Libertadores, Mundial de Clubes, Copa Argentina, Recopa. Siempre hubo otra prioridad que dejó postergada la lucha en el campeonato doméstico y muchos puntos quedaron en el camino a la hora de tener que cuidar titulares. Esta vez es distinto: eliminado de las otras competencias, pero puntero y con la incertidumbre del futuro del DT, el plantel completo muestra el compromiso por conseguir esa estrella que le falta al ciclo.

Por eso y como ocurriera en Junín, los que generalmente son suplentes debieron ponerse la pilcha de aquellos que, por convocatorias a las Eliminatorias o lesiones, redondean 10 bajas en total. Siete fueron los cambios respecto al Superclásico, entre ellos el regreso de Javier Pinola, la presencia de Peña Biafore de vuelta en la zaga y la oportunidad que Federico Girotti no podía desperdiciar.

Justamente los pibes de hoy son los que parecen haber recogido las experiencias de los de ayer. Rollheiser fue un demonio para la defensa del Taladro, el Tanque metió una pisada de futsal en el área para el único gol, Santiago Simón dejó claro que los elogios no son gratutitos y Peña Biafore jugó con el aplomo de Maidana. 

La tarea de Gallardo es inconmensurable y por eso ocupa uno de los lugares más importantes en el panteón riverplatense. En este caso, con la tarea de trabajar futbolística y psicológicamente sobre aquellos que saben que tienen una oportunidad y no pueden desaprovecharla, nuevamente se llevó tres puntos de una cancha que siempre es un dolor de cabeza y sabe que, hasta la próxima semana, manda en el certamen que se transformó en una obsesión.

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