Alejandro Gómez nació apenas ocho meses después que Lionel Messi. El 10 acaba de cumplir 34 años el pasado 24 de junio; el Papu lo hará el 15 de febrero del año próximo. La Pulga, con su presencia ante Bolivia, se convirtió en el jugador que vistió más veces la Albiceleste, con 148 partidos. El Papu recién fue convocado por primera vez en el 2017 y en total suma siete participaciones. Pero hay coincidencias también, porque el de Barcelona ganó el Mundial Sub 20 2005 y el de Sevilla formó parte del plantel en Canadá 2007, junto al Kun Agüero y Ángel Di María, entre otros.
Sin embargo, el punto en común es mucho más que números, estadísticas y partidas de nacimiento. Los une el talento. Y cuando lo combinan, la Selección argentina brilla. Ante Bolivia, la Albiceleste tenía la misión de conseguir la ventaja, mantenerla o extenderla y luego descansar con la pelota y el primer puesto asegurado. En un puñado de minutos, la dupla de mediapuntas resolvió todo.
La jugada la armó Ángel Correa, de gran partido, pero el pase pinchado de Messi y la definición a un toque del Papu para abrir el marcador se llevan todos los premios. Y después de encontrarse permanentemente, sobre todo sobre la banda izquierda, Gómez inventó un penal que Leo transformó en el 2-0. Y para que el primer tiempo sea perfecto, el 10 volvió a convertir con pelota en movimiento en la Selección después de casi tres años de puro penal o tiro libre.
A los 11 del segundo tiempo, Álvarez reemplazó al número 24, responsable directo de la gran duda que se le planteará a Scaloni de cara a los cuartos de final. ¿Puede salir, en este nivel y luego de semejante entendimiento con la principal figura del equipo? Claro está, el titular en ese sector de la cancha es Nico González, tal vez la apuesta más fuerte del DT en su ciclo.
No es la única cuestión que deberá resolver el entrenador. Entre otras buenas noticias, Lautaro entró y al minuto cortó su sequía; el Huevo Acuña volvió a reclamar el puesto de lateral izquierdo con enorme proyección; Guido Rodríguez sigue aportando equilibrio y Ángel Correa es una opción concreta para desordenar defensas. Del otro lado, Armani no tuvo demasiada acción pero la única llegada boliviana fue gol, el Kun Agüero se fue con una asistencia pero gravitó poco en el área y Montiel no tuvo el partido que le permita recuperar el lugar que tomó Molina Lucero.
Argentina resolvió sobrado después de una fase de grupos donde hubo sufrimientos innecesarios. El próximo paso será un rival mucho más complejo como Ecuador, un técnico que conoce todos los detalles como Alfaro y, para Scaloni, varios interrogantes de esos que siempre suman.
