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Video Assitant RefereeGetty Images

No, a tu equipo no le roban los árbitros

Firma Fran GuillénGoal

De todos los debates futbolísticos tediosos, el de las conspiraciones arbitrales es el peor. Absurdo, por lo banal, y repetitivo hasta la caricatura. La perfecta alfalfa para el rebaño. Una mezcla de oráculos cutres en el antes y huidas hacia adelante surrealistas en el después de cada partido con enjundia. Siempre admiré (o no) a los que consiguen todas las semanas recitar de memoria el supuesto historial de delitos de cada colegiado. Esos que deciden convertir parte de su disco duro cerebral en un trastero en el que se acumulan amonestaciones rigurosas, goles mal anulados, penaltis grises y hasta antecedentes familiares controvertidos de cada árbitro. Montañas de información trivial que no sirven para nada más que para vivir flotando en bilis.

Primo hermano es el fenómeno de una tirita antes de la herida que demasiadas veces se convierte en una gasa tamaño sábana. Señores que invierten días (¡semanas!) en preparar el terreno para el supuesto atraco que llegará en el Día D. Evidentemente, con semejante carga de sugestión, comenzado el partido cualquier desliz se acaba convirtiendo en la confirmación de las sospechas. Como para los terraplanistas, la deducción no sirve sino para ahondar aún más el disparate.

Pero mis preferidos son los que deciden atrincherarse en el prejuicio contra todo y contra todos. Individous que, aunque un monitor de ochenta pulgadas y el testimonio de quince exárbitros les abofeteen con la verdad, seguirán pensando que lo suyo fue un robo. Si España entera se va a acostar un domingo por la noche teniendo claro que una mano no fue penalti, tres días después nuestro espécimen seguirá defendiendo que aquello fue una vergüenza. ¿La realidad va a estropearle el teatrillo? Por encima de su cadáver.

Mirémoslo así: quien pasea esos supuestos enjuagues arbitrales como estandarte, está invirtiendo su tiempo en una competición que cree adulterada. ¿No es absurdo dedicar tu vida a un deporte que afirmas que tiene trampa? Tendría el mismo sentido que seguir metiendo monedas en una tragaperras que sabes que está trucada. Por eso dudo que realmente haya quien compre esta mercancía averiada y más bien creo que es el placebo que se buscan algunos para evitar afrontar que su equipo no es infalible. La versión adulta del perro y los deberes.

Respetemos a los árbitros y dejemos de frivolizar con acusaciones tan serias como que alguien pervierte intencionadamente su trabajo. Un juez falla, claro. Igual que se equivoca un delantero en un mano a mano e igual que un portero sale a por uvas en un córner y nadie inventa magufadas en base a ello. No, a tu equipo no le roban los árbitros. Y lo peor es que lo sabes.

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