"Al Cesar lo que es del Cesar..." un viejo adagio popular que aplica también en el fútbol, en este caso particular para Neymar, pero no para la estrella del PSG que es indiscutible en su posición de gran estrella del fútbol mundial.
Ese Neymar no tiene discusión, en este caso la frase aplica para el "Divo", ese que podría quedarse con el estelar de cualquier producción de Hollywood, ese que vemos cada vez que enfrenta a Colombia, su "Coco" particular.
Siempre que Colombia ha chocado con Brasil, en la era Neymar, la polémica ha sido un ingrediente extra de cada enfrentamiento, lo cual ha convertido un partido que habitualmente se jugaba con la mayor cordialidad en un duelo que se disputa con todo y sin reservarse nada, cayendo incluso en la violencia.
GettyLa opinión en Colombia alrededor del crack de la Verde-Amarela está dividida entre quienes defienden su fútbol como el mayor argumento para juzgar sus actuaciones y quienes no soportan lo sobreactuado de sus actitudes para impresionar al árbitro.
Desde la Copa del Mundo del 2014, cuando un rodillazo de Camilo Zúñiga lo sacó de competencia, en lo que Neymar hizo parecer una agresión gravísima con un show televisivo que incluyó llanto y a Marcelo batiendo los brazos como si se hubiese tratado de un disparo y no de una acción de juego, en Colombia poco o nada se le cree al famoso Ney.
Dos meses después del Mundial, varias amenazas contra Zúñiga y una prensa que prácticamente diagnosticaba el retiro de Neymar, el crack reapareció y en un gesto, casi creíble, hizo las paces con el lateral colombiano, sin embargo meses después, y durante otro enfrentamiento de selecciones, volvieron los roces y el grito sarcástico de Neymar a Zúñiga: "Luego me llamas para pedir perdón, hijo de puta".
GettyNeymar reforzaba esa imagen negativa en Colombia y no mostraba interés alguno de cambiar su actitud, prueba de ello fue la única expulsión de su carrera con la Selección de Mayores, el escenario la Copa América de Chile 2015, el rival... la Tricolor.
Carlos Bacca cayó en el juego de provocación que propuso Neymar, que tras el pitazo final del partido que ganó Colombia, le propinó un balonazo a Armero por la espalda y luego le dio un cabezazo a Murillo, la reacción de el de Puerto Colombia fue darle un fuerte empujón, que casualmente no lo tiró al piso.
Getty ImagesLos Olímpicos de 2016 no fueron la excepción y una escuadra comandada por Neymar fue la encargada de dejar a Colombia fuera de competencia, una vez más con polémica por el excesivo proteccionismo del árbitro para con el brasilero, quien de nuevo se encargó de firmar una actuación impecable, tanto en lo futbolístico como en lo histriónico.
Neymar, un crack de talla mundial, capaz de un fútbol a la altura de los más grandes de la historia, pero con el tremendo problema de la nueva escuela del deporte rey... mezclar el arte del balón con el arte de las tablas.
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