Ignacio Fernandez River Boca Copa Libertadores 01102019Getty Images

Nacho Fernández, qué loco que está

Tiene las patas tan flacas que parece que no tuviera gemelos, usa brackets, no tiene un apodo llamativo, un festejo patentado ni botines personalizados. Pero Ignacio Fernández juega a la pelota como pocos. Y aparece siempre en las difíciles.

El golazo de Nacho para el 2-0 sobre Boca

Como en la final de Madrid de diciembre de 2018, el zurdo volvió a ser decisivo para el triunfo de River sobre Boca. No sólo porque, como en el Santiago Bernabéu, nuevamente apareció en el centro del área como si fuera un centrodelantero para marcar uno de los goles del Millonario, sino porque Nacho otra vez fue el hombre que personificó la idea de Marcelo Gallardo dentro del campo de juego.

Desde las estadísticas, el partido del volante fue impecable: fue el segundo jugador con mayor precisión en los pases, con un 79,5% (apenas 0,5 puntos menos que Enzo Pérez); el que más veces remató al arco, con tres disparos; el que más pases interceptó, con tres; y el segundo que más pelotas recuperó, con ocho. Pero los números solos no alcanzan para dimensionar la importancia que tiene Fernández en este equipo del Muñeco.

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Desde la partida de Gonzalo Martínez rumbo a la MLS, Nacho heredó su lugar dentro de la cancha, al menos desde lo esquemático: en el dibujo previo a los partidos, el zurdo ya no es uno de los mediocampsitas interiores, sino que parte desde la izquierda. Pero, claro está, su función en el andamiaje del conjunto de Núñez es bien diferente: mientras que el Pity aportaba desborde y desequilibrio por la banda y diagonales sorpresivas al área, el ex Gimnasia suma tenencia e inteligencia para repartir la pelota. En otras palabras, River juega a lo que quiere Nacho.

Por eso, cuando ese flaco que parece que no tuviera gemelos y usa brackets se enciende, todo es posible. Porque no será el Pity Martínez, pero Nacho Fernández, qué loco que está.

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