EDITORIAL
Leo Messi ya los mete a pares. El rosarino acumula ya cinco partidos consecutivos disputando los noventa minutos y presenta en su hoja de servicios cinco goles en estos choques. Sin estar todavía al cien por cien el 'diez' se mostró frente al Valladolid como lo que es, el jugador más resolutivo del planeta, y con dos goles y dos asistencias encarriló la goleada azulgrana tras una noche más que reprochable en Praga, donde el equipo fue capaz de imponerse al Slavia pero dio sobrados motivos para la incertidumbre. Esta vez, ya en casa, el cuadro azulgrana le cerró la puerta a la duda y aplastó a los vallisoletanos de la mano del mejor Messi.
El rosarino solo se perdió el primer gol, obra de Clément Lenglet tras un remate desde la distancia a los dos minutos de juego. Y a pesar de que el Valladolid volviera a dejar en evidencia la (mala) defensa del Barcelona después del gol de Kiko Olivas a los quince minutos el partido caminó por donde quiso Messi. Generoso en el juego, su primera intervención de mérito desembocó en el 2 a 1 que marcó Arturo Vidal a la media hora al aprovechar un pase suyo para luego apuntarse su primer tanto de la noche al transformar el cincuentésimo gol de falta de su carrera.
A partir de entonces sufrieron poco los hombres de Ernesto Valverde, que ya en el segundo tiempo acabaron de aplastar al Valladolid. De nuevo, fue Messi quien, a falta de un cuarto de hora para el final, batiría a Jordi Masip para establecer el 4 a 1. El rosarino fue una pesadilla para el ex portero del Barcelona, que volvió a encajar tras otra asistencia de Messi, esta vez a un Luis Suárez que se estrenó frente a los vallisoletanos, y que puso el 5 a 1 definitivo en el marcador. Prácticamente cada balón que tocaba el rosarino acababa en un remate a puerta, bien fuera suyo o de uno de sus compañeros.
Hasta Ansu Fati tuvo ocasión de lucirse aunque esta vez el bissauguineano estuvo más sacrificado. Con Messi cada vez más a tono, el todavía jugador del Juvenil A estuvo más pendiente de combinar con el resto de sus compañeros tras pasar treinta y cinco partidos sin pisar un terreno de juego. Pero esta vez el mejor Ansu no hizo falta por mucho que Messi se quedara con las ganas del hat-trick que pudo establecer en el tiempo de descuento pero su remate se marchó fuera. Aun así marcó dos goles y dio dos asistencias que sirven para seguir en lo alto de la clasificación. La única duda pasa por saber si ello será suficiente también en competición europea.