El regreso de Ignacio Fernández al Monumental, después de apenas ocho meses de haber marchado, suponía una situación cuanto menos especial. Aquella figura que comenzó con perfil bajo y se transformó en uno de los mejores jugadores de todo el ciclo de Marcelo Gallardo, venía de ser determinante en la polémica eliminación de Boca en octavos de final. Pero después de las bromas y los saludos afectuosos, toda la historia debía quedar de lado.
Nacho fue omnipresente en Núñez. Porque todo Atlético Mineiro se recuesta en su zurda y River se recuesta en la nostalgia de no tenerlo para meter una pelota al vacío, una gambeta que parece lenta pero resulta impredecible, una aparición por sorpresa desde el punto del penal, un remate tan certero que ni el Armani de esta noche, el copero, el que supo sostener al equipo en los peores momentos, pudo detener.
Como en el 2015, el equipo de Gallardo deberá ir por la épica a Belo Horizonte con un 0-1. Aquella serie con Cruzeiro fue el trampolín para la primera conquista de América y si la ilusión es igual o mayor que en ese momento, también es por el 26: su expulsión a seis minutos del final, propia de un talentoso con falencias en la marca, que llega a destiempo y con vehemencia, con un durísimo planchazo sobre Angileri, deja abierta la puerta para hacerse fuerte en el Mineirao una vez más. Porque este Galo, sobre todo en el segundo tiempo, fue bastante más que el que dejó atrás a Boca "perdiendo" los dos partidos, pero sigue siendo menos que el cuco que parecía en la ida y sin su capitán pierde tanto como River cuando lo vendió.
Si el Millonario repite la tarea del primer tiempo, punzante con los laterales, con Carrascal enchufado, Álvarez suelto y Romero siempre listo para intentar definir, tiene con qué soñar. Porque tuvo las chances y exigió a Éverson. Pero si es el de la segunda parte, que tuvo como figura a Armani, jugando como local y con resultado adverso, todo será cuesta arriba.
En Brasil faltará Enzo Pérez, el reloj del mediocampo, pero estará Matías Suárez, el salto de calidad del ataque. Y también faltará Nacho Fernández, el eje del duelo que definirá si lo extrañó más River o lo echará de menos Mineiro.