Quién no recuerda aquellas imágenes de la Premier League de principios de los 2000 cuando las cámaras enfocaban a varios jugadores del Arsenal y se les notaba una especie de mancha al centro de sus uniformes. Al que más se le veía era al entonces capitán Patrick Vieira.
¿Bebida energizante? ¿Agua? ¿Sangre? ¿Una caída al pasto? ¿Descuido de los utileros? No, nada de eso. El mediocampista no sólo llamaba la atención por su nivel en los Gunners, también por su vestimenta. Fuera el uniforme de local, el de visitante o hasta el tercero, el mediocampista casi siempre presentaba ese extraño círculo a la altura del pecho.
Por ende, muchos aficionados, no sólo del balompié inglés o el conjunto londinense, sino en general, se preguntaban por qué portaba eso. ¿La respuesta? Un ungüento tópico por increíble que parezca. A menudo Vick VapoRub, el cual se usaba para descongestión nasal, tos y malestares musculares propios de los resfriados.
Funcionaba a juzgar por los resultados. Uno supondría que el francés jugaba seguido con cuadros de gripa y, a pesar de ello, rendía muy bien dentro de cancha, pero no resultaba así. Simplemente consistió una ocurrencia del preparador físico del club, con aprobación del otrora técnico Arsene Wenger, para mejorar la respiración de los futbolistas.
En lugar de las tiras (llamadas "breath right") que empleaba Robbie Fowler u otros, el cuerpo médico eligió a Patrick como su conejillo de indias. Durante los 90 minutos, los vapores emanados los inhalaba el oriundo de Senegal y, en consecuencia, sus fosas nasales y bronquios se despejaban, y evitaban la falta de ventilación. Una maravilla de técnica.
Posteriormente, Emmanuel Eboué, Kolo Touré y Gilberto se sumaron a la iniciativa que, después de unos años, ya con los cambios administrativos y deportivos al interior de la institución, se dejaron en el pasado.