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Ruben Uria BlogGoal

"Leicester City vendo, pero para mí no tengo"

¿Recuerdan aquella gesta del Leicester City de la que tanto se habló, que tal algarabía generó y que protagonizó todos los elogios y adjetivos maravillosos del mundo del fútbol? ¿Recuerdan como no sólo los aficionados, sino también los medios de comunicación, se colocaban la medalla del modesto Lester poniéndolo como ejemplo de superación? Entiendo que no, que el fútbol es un deporte que presume de no tener memoria y que, por desgracia, en este tinglado sólo hay memoria, pero selectiva. No deja de tener cuajo que los que se vanagloriaban de la gesta histórica del Leicester City sean los mismos que ahora reniegan de una Liga igualada, donde brillan Real Sociedad, Granada o hasta Osasuna, equipos a los que, en realidad, desprecian de manera sistemática, como si no tuvieran derecho a existir. Y mucho menos, claro, a ganar. En aquellos días victoriosos de los “foxes” no faltó gacetillero, letrado o iletrado, en subirse al carrito de los de Ranieri, porque habían hecho historia, porque eso era muy bueno para el fútbol, porque lo había logrado con menos presupuesto (de presupuesto sí se puede hablar en la Premier, pero está mal visto en LaLiga, porque siempre que se habla de dinero se ofenden los que más tienen), que si ya podía tomar ejemplo LaLiga y que si la abuela fuma.

Larga vida al Leicester City, nos decían. Y a quien esto escribe no le duele en prendas que haya aficionados tan cínicos que sean capaces de jalear la gesta del Leicester City mientras años después ningunean los éxitos del Granada, no. Lo que realmente me parece un insulto a la inteligencia es el papel que en estas historias jugamos los medios de comunicación. ¿Cómo se puede tener la dureza fácil de loar al pobrecito "Lester" mientras se defiende que LaLiga es una mediocridad porque el Granada está arriba? Hay que tener más cara que un caballo para dar palmas con las orejas cuando gana el Leicester City y rasgarse las vestiduras porque los “pobrecitos” Madrid y Barça están fallando más de la cuenta. Hay que ser muy pobre de espíritu para alabar hasta la náusea a un equipo de Inglaterra que ni les va ni les viene, para unos años después, renegar de cómo juega la Real Sociedad, de cómo compite Osasuna o cómo defiende el Granada. Sin embargo, la realidad es que, más allá del código de ética de geometría variable que caracteriza al aficionado (“Que grande el Leicester City pero que no me toquen mi Madrid-mi Barça-mi Atleti”), que molesta, pero no ofende, está la cruda realidad mediática. "Leicester City vendo, pero para mí no tengo".

Para la abrumadora mayoría del periodismo deportivo de este país, admirar las virtudes, modelo, juego y mérito de un equipo inglés que no vende periódicos, ni genera tertulias de radio, ni provoca más audiencia televisiva, es muy sencillo. Es el mundo de color de rosa. Ahora, cuando lo que toca es dar trigo y no predicar, cuando el equipo modesto, humilde y meritorio es de este país, te dicen que “eso no vende”. Por eso el Granada no ocupa portadas. Por eso Osasuna no genera tertulias. Por eso decir que la Real juega de cine dura 15 segundos y a otra cosa mariposa. Y no es una crítica, ni un palo, ni un ataque. Es una constatación de la realidad. Para los medios de este país, vende más – o eso nos dicen-, cualquier gas fétido que salga del trasero del Madrid y del Barça que cualquier otro equipo. Si a un Valencia campeón nadie le hacía caso y a un Sevilla bestial les hicieron un vacío informativo sideral ¿qué pueden esperar Granada, Osasuna o Real Sociedad? Pues nada. No vengo a descubrir el fuego. Ustedes lo saben. Ahora, una cosa es saberlo y otra, diferente, que te guste. A mí no me gusta. Me repele. 

Cada uno hace el periodismo que quiere. O el que puede. Eso sí, a nivel ético, es reprobable que los periodistas tengamos la cara de cemento armado para perder el trasero por las gestas del Leicester City y maltratar un día tras otro al 90% de equipos que no son los de siempre.En mi caso, siento una profunda vergüenza. No es tratar a todos por igual, que sería el objetivo. Es darle a cada uno el tiempo que merece. ¿Que el Leicester City puede ganar la Premier? "Es la liga más igualada del mundo, ya podría pasar eso aquí". ¿Que aquí, años después, hay 6 equipos en 3 puntos? "Es la Liga más mediocre del mundo". En realidad, el mensaje subliminal es obvio: "Por favor, volvamos a esas Ligas donde jugaban Madrid y Barça y el resto eran comparsas de todo a cien". Aquello, obviamente, vendía. Todo el mundo sabe cómo funciona el tinglado. Hay que vender por encima de todo y de todos. Y una Liga donde Real Madrid y Barcelona sufran, no vende. Es más, el consumo de radio, televisión y diarios, baja. Y el negocio se resiente. Y si no hay negocio, no hay periodismo (sic). Qué bonito es alabar al Leicester City mientras se ningunea gratis el tiempo que merecería el Granada. Así funciona esto. Como diría Simeone, que no les confundan.

Rubén Uría

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