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Antoine Griezmann Barcelona 2019-20

Lasarte: "Griezmann es demasiado inteligente como para alejarse de Messi"


ENTREVISTA EXCLUSIVA

Martín Lasarte (Montevideo, 1961) ha dirigido a dos de los tres miembros del nuevo tridente de ataque del Barcelona. Tutor de Antoine Griezmann y de Luis Suárez en sus inicios, no pierde de vista a los que fueran sus pupilos, hoy socios de lujo de Leo Messi. Tras una exitosa carrera en Latinoamérica, Europa y Asia, el técnico uruguayo dirige actualmente al Al Ahly egipcio y analiza en Goal el impacto que la llegada del francés puede tener en el vestuario del Barcelona, entre muchas otras cuestiones.

Ha entrenado usted en cuatro continentes, ya. ¿Es el fútbol un lenguaje universal?

"Como cualquier otra manifestación social cada vez está todo más globalizado, cada vez nos sorprenden más los rasgos culturales de cada nacionalidad porque de alguna forma se están perdiendo. En el fútbol también pasa, en América, por ejemplo, hace veinte años era mucho más fácil identificar qué equipo estaba jugando, más allá de los colores de la camiseta, lógicamente. Hoy todo es mucho más parecido, los rasgos de cada equipo suelen ser comunes. Lo mismo sucede en otros continentes. En África veo equipos egipcios con rasgos de equipos europeos y americanos. Sin embargo, todavía se mantienen algunos rasgos identitarios".

¿Tiene usted al próximo Mohamed Salah entre manos en el Al Ahly?

"Es un espejo para todos los futbolistas egipcios, saben que ya hay un camino desandado y lo único que tienen que hacer es seguir sus pasos para enrolarse en ligas tan importantes como la inglesa, la alemana, la italiana, la española, la francesa o la holandesa, en definitiva, las que abren puertas".

No sería la primera vez que tutela la carrera de algunos de los mejores jugadores del momento. ¿Qué vio en Griezmann para darle la oportunidad en el primer equipo de la Real Sociedad sin haber jugado siquiera en el filial?

"Fue casual. Había un chico que estaba lesionado en el filial, vino y me sorprendieron varias cosas. La primera, la toma de decisiones. Era un niño, porque tenía dieciocho años, pero sabía cuando acelerar, cuando poner la pausa, cuando pasar en corto o en largo... Era muy valiente y tenía un gran espíritu competitivo, también trabajaba mucho para el grupo, tenía gol y lo demostró marcando más goles en la pretemporada que la mayoría de sus compañeros, jugadores de Primera División. Necesitábamos un segundo futbolista y planteé contar con él. Hubo muchas dudas porque era muy joven pero se encargó de acallar estas bocas y no ha dejado de hacerlo desde entonces, estamos ante un futbolista fantástica".

¿Le ha sorprendido su carrera hasta la fecha?

"Si tomo como ejemplo aquellos primeros años es difícil de decir porque han pasado casi diez años y esto es mucho tiempo en la vida de cualquier persona. Lo que puedo decir es que él quería mejorar, tenía una gran determinación. Es algo que también tenía Luis Suárez de joven. Recuerdo que con Antoine salíamos a caminar y con dieciocho años me decía que iba a ser titular en un Mundial con la selección francesa igual que Suárez me decía con dieciocho años que él iba a jugar en el Barcelona. Estábamos en Uruguay, un país lejano y pequeño, y él estaba convencido de ello. Es cierto que la familia de su novia, su actual esposa, ya residía en Catalunya, y él tenía esa referencia casi familiar, pero ambos siempre mostraron una gran determinación. Y la acompañaban con trabajo y deseo, había que echarles de los entrenamientos porque se quedaban siempre. Recuerdo muchas veces cómo me iba a mi casa y Antoine seguía en el campo rematando faltas, balones aéreos, a practicar el uno contra uno ante una silueta... tenía un gran espíritu de trabajo".

En la Real Sociedad también coincidió con Claudio Bravo, que ha regresado a los terrenos de juego tras una grave lesión. ¿Cuánto puede darle al fútbol a los treinta y seis años?

"Por la posición en la que juega todavía puede dar muchas cosas. Claudio es un jugador que siempre se ha cuidado mucho y tiene un rigor en la conducta, la alimentación y el descanso muy importante. Es cierto que las lesiones importantes te pueden pasar factura pero, por todo lo demás, todavía queda Claudio Bravo para rato".

Volviendo a Griezmann, ¿en qué piensa cuando luce la bandera de Uruguay en todas sus celebraciones?

"Se dio una casualidad histórica increíble. En aquel grupo de trabajo en la Real Sociedad tambén estaba Ángel Baldi, el preparador físico, y Carlos Bueno, delantero centro. Luego vino Diego Ifrán, también uruguayo, y al poco llegó el 'Chori' Castro. Luego pasó al Atlético, donde coincidió con 'Cebolla' Rodríguez, también con Giménez y Godín, el 'profe' Ortega... También ha coincidido con muchos argentinos, y somos como primos hermanos en cuestiones culturales. Creo que a él le fue gustando esto de que los uruguayos vengamos de un país pequeño y gocemos de cierta mitología con algunos grandes triunfos, como lo del Maracaná, y los futbolistas fantásticos que hemos tenido. Antoine era un chico de dieciocho años que vivía solo, sus padres venían cada dos semanas. Su propio padre me pidió que le cuidara y creo que todo ese cóctel hizo que Antoine se encariñara de nuestra cultura y entendiera cómo el mate es más que una bebida, que implica estar sentado en un sitio contando historias, riéndote o llorando. Creo que le gustó y lo adoptó para si. En Uruguay decimos con mucho orgullo que es un uruguayo más".

Como decíamos al principio, cada cultura futbolística mantiene aún sus propios rasgos. ¿Aprecia elementos del fútbol uruguayo en Griezmann?

"Sin duda. Tiene determinación, es muy competitivo y capaz de adaptarse a cualquier situación. Antoine es un chico francés criado futbolísticamente en el País Vasco y que a menudo se comporta como un futbolista ríoplatense. Esta mezcla le hace un jugador completísimo porque tiene buena técnica, trabaja, decide bien, tiene gol, es buen compañero, es extrovertido y tiene carisma. Le rodean un montón de circunstancias favorables".

A propósito de las similitudes culturales que unen a argentinos y uruguayos a veces también hay roces, por aquello de mantener la propia identidad. ¿Acierta el Barcelona con su fichaje teniendo en cuenta que ya goza de otro zurdo inclasificable?

"Soy de los que piensa que los grandes futbolistas, si quieren lograr su objetivos en el rey de los deportes, pueden jugar juntos. Si el objetivo común está bien definido es seguro que pueden competir juntos. En este aspecto Luis Suárez ha sido muy inteligente. En su momento había dudas y muchos plantearon si podía jugar con Messi. Luis se adaptó a Messi y pienso exactamente lo mismo de Antoine. Es demasiado inteligente como para separarse de Messi. El otro día le esuché diciendo que para él es un objetivo en si mismo jugar con Messi, y me pareció muy acertado. Le da el lugar a Messi el lugar que tiene para tomar él un rol más secundario. Pero esto tiene una importancia relativa. Lo importante es dejar fuera los egoísmos e individualismos exacerbados y pelear por el objetivo común, eso es lo que les hará más grandes a todos".

También coincidirá con Luis Suárez. ¿Pueden superar a la MSN?

"Con Neymar se generó un vínculo que excedió el campo de juego y allí se notaba tan buena relación. Creo que la primera gran búsqueda tiene que ser esa, si el entrenador logra que la convivencia fuera del terreno de juego sea parecida, me froto las manos porque estamos ante algo histórico. Estoy deseando el primer partido del Barcelona para verles a los tres juntos, quizá porque tuve la fortuna de convivir con dos de ellos. Se trata de tres jugadores que pueden ser complementarios, ojalá no me equivoque".

¿Qué le pareció la Copa América?

"El gran protagonista de la Copa America fue el VAR. Modificó una serie de decisiones arbitrales y aun así ha habido polémicas. Llegó para quedarse pero todavía necesita aclimatación. No se puede esperar un minuto y veinte segundos minutos para tomar una decisión porque estás transformar el juego. No podemos excusarlo en la justicia que se genera porque se rompen los ritmos y cambia sustancialmente el juego. Brasil fue campeón, parecía lógico. Uruguay mereció ganar ante Perú y hubiera podido estar en la final. Muchos jugadores se encuentran en su última etapa y no sé cuánto tiempo les queda pero los Suárez, Cavani, Muslera, Godín o Cáceres les acabarán cediendo el testigo a Betancur, Valverde, Jiménez... No sé si Maxi Gómez será capaz de estar en ataque. Estamos en una etapa en la que hay que sacar el máximo provecho pensando en el próximo mundial, luego ya es difícil pensar en que algunos puedan seguir, es ley de vida".

¿Nada que decir de Argentina?

"A todos nos queda la sensación de que tiene para ser mucho más y no lo consigue. No sé si es una cuestión de confianza porque el fútbol ha sido injusto con Argentina. Ha llegado a muchas finales y no ha logrado salir campeón, ha logrado cierta excelencia y aun así se ha atacado mucho a Messi. Muchas veces el incosciente del futbolista cuando tiene una mala tarde o juega ante algún equipo muy superior piensa en dársela al mejor del equipo y que lo arregle. Pero es humano, juega bien el ochenta por ciento de los partidos, luego un diez por ciento es regular y otro diez por ciento le sale mal. En la Real nos tocó ganarle una vez al Barcelona y si lo logramos no solo fue porque tuviéramos una buena disposición ese día. Contamos con la suerte de que a Messi no le salió un buen partido, hay que decirlo todo. Tanto en Argentina como en Barcelona da la sensación de que está poco rodeado, no sé si mal rodeado incluso. La famosa comparación con Maradona es terrible, me pongo en su lugar y debe ser difícil de soportar. Maradona fue Maradona y Messi es fantástico en si mismo, pero distinto. Lo doloroso es que pase la carrera de Messi y no haya logrado títulos importantes con Argentina".

¿Le volveremos a ver en Europa o al frente de alguna selección importante?

"Quizá sea demasiado estructurado. En la Real fuimos a cumplir unos objetivos y los cumplimos, regresamos a Primera y lo hicimos con una base de jugadores de casa, volvimos a hacer de Anoeta un fortín y luego logramos mantenernos en la categoría. Entonces pensé que podía haber opciones pero no se concretaron y luego aparecieron algunas ofertas interesantes en América y regresé. Lo cierto es que estoy abierto, igual que si hablamos de selecciones. Sin embargo, creo que el sentido de pertenencia es un plus y particularmente me veo ligado a Uruguay, que tiene entrenador desde hace muchísimos años, seguramente le tendremos por muchos años más porque ha generado un proceso súper interesante. Todos tenemos nuestras ilusiones como humanos que somos y quién sabe".

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