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Lionel Messi Rodrigo De Paul Argentina Uruguay Eliminatorias 10102021Getty Images

La sociedad de hoy que puede ser el legado de mañana

Cuando Rodrigo De Paul debutó de forma oficial en la primera de Racing, el 10 de febrero del 2013 en Rafaela, Lionel Messi ya tenía en su haber dos Champions League siendo figura, tres Balones de Oro, varias Ligas de España y también momentos dolorosos en la Selección argentina, como aquella imagen en el banco ante Alemania en el 2006, la final de la Copa América 2007, el 0-4 contra los teutones en el 2010 y la decepcionante Copa América 2011. Casi nueve años después, el 2021 los encuentra juntos, campeones continentales, socios adentro y compinches afuera, con un testimonio que parece encontrar a su heredero.

La foto publicada a la mañana por el pibe del predio Tita fue un spoiler de la noche en el Monumental. Leo, Rodri y el siempre presente Chiqui Tapia. Porque las redes sociales, que hoy abren las puertas de la intimidad, reflejan un feedback que si bien es general en un plantel que se transformó en grupo unido, los tiene como un padrino y un ahijado.

En el campo de juego, De Paul es lo que la Pulga necesitaba en los últimos años. Un abanderado del sacrificio, un todoterreno que recupera y juega, pero que rompe con la "Messidependencia". Porque, a diferencia de muchos antecesores, no siente la obligación de que todas las pelotas sean para el 10, incluso cuando no está en condiciones de recibir. Porque las estrellas también necesitan que los hagan sentir importantes pero no indispensables.

Pero la contundente, apabullante, indiscutible victoria ante Uruguay tuvo otro sustento que merece la mención aparte: Dibu Martínez. Ausente ante Bolivia por su regreso a Inglaterra, disfrutó del recibimiento de la hinchada y demostró que, pese a enfrentar en Aston Villa al "Big Six" de la Premier, también puede vestirse de arquero de equipo grande que responde cuando lo llaman, aunque sea en pocas ocasiones. "Uno de los mejores arqueros del mundo", lo calificó Messi. Pavada de elogio.

Cuando pasó el sobresalto, Argentina se floreó. Lionel tuvo su gol, con fortuna y la ayuda de Nico González, De Paul mandó a la red un centro del extremo izquierdo y ya en la segunda parte, la armó el capitán, la desenredó para De Paul y la tocó a la red Lautaro, que de eso se alimenta. El 3-0, por los contragolpes del final, se quedó corto.

Leo sale ovacionado del Monumental. Como siempre, pero ya sin esa mochila del "es increíble pero no se me da". De Paul es reemplazado y explota el "Rodrigo Rodrigo". La Albiceleste, la Scaloneta, sigue su camino sin escalas a Qatar, en la que tal vez sea la última oportunidad para la Pulga, con un socio al que eligió para acompañarlo y sucederlo.

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