Algo cambió para Argentina, país futbolero por excelencia, el último 10 de julio. Muchísimo tal vez. Una noche que cada persona recuerda dónde estaba en el momento justo que Lionel Messi se arrodilló en el Maracaná, se llevó las manos al rostro y desató un festejo que aún no tiene fin. Aquel grito de "Argentina campeón", que se había negado por 28 años, liberó infinidad de malos recuerdos cosechados durante ese lapso para mirar el futuro no solo con la ilusión natural ante cada competencia, sino con la identificación que se había perdido.
Probablemente haya sido el equipo de Sabella en la Copa del Mundo 2014 el último que amalgamó a los jugadores con el pueblo: cruzar el "rubicón", como decía el inolvidable Alejandro sobre pasar los cuartos de final, la corrida de Mascherano para frenar a Robben, el "hoy te convertís en héroe" a Chiquito Romero, la injusticia de la final, la idea de "héroes igual", desmoronada en dos años con las finales de Copa América perdidas ante Chile y destrozada por completo por el papelón en Rusia de la mano de Jorge Sampaoli.
Getty ImagesNo parecía colaborar demasiado la elección del "joven e inexperto" Lionel Scaloni, sin experiencia anterior como entrenador más allá de la Sub 20 y encargado de la titánica tarea de la renovación del plantel. Y aunque la Copa América 2019 fue un aviso de un trabajo que iba por el camino correcto, eliminado por un arbitraje totalmente localista ante Brasil en semifinales, la necesidad imperiosa de un título nublaba todo.
El certamen continental de selecciones que debía jugarse en 2020 en Argentina y Colombia, postergado un año y mudado de nuevo a tierras brasileñas, traía otro aire. El de la posibilidad de dar el golpe esperado. Incluso, bajo la conducción de quien aún era mirado como un interino hasta que Gallardo, Simeone o Pochettino se decidieran a tomar las riendas. Y enamorando desde el resultado antes que desde el juego, llegó el antes y después del "mirá que te como" del Dibu Martínez, prólogo de la final con redención de Ángel Di María y el fin del estigma de Leo, en el Maracaná y ante el dueño de casa.
A partir de ese momento, la Scaloneta dejó de ser consumo irónico para convertirse en una bandera. Las vacaciones compartidas por varios grupos de futbolistas, las bromas a los brasileños por redes sociales reafirmaron el vínculo, pero es a partir de la decisión tomada por varios de ellos que, al menos hasta Qatar, promete ser inquebrantable.
(C)Getty ImagesEn contexto: Scaloni cita 28 jugadores para la triple fecha de Eliminatorias, con duelo ante Brasil incluído. Premier League, amparada en cuestiones sanitarias y la cuarentena obligatoria para quienes viajan a países en riesgo sanitario, pide que sus futbolistas no participen de la convocatoria. En el mismo sentido, LaLiga, la Serie A y la Liga Portugal replican la medida. Así, la nómina se reduce a solamente nueve. Nadie imaginaba el episodio de rebeldía y amor por la camiseta que encabezarían Dibu Martínez, Cuti Romero, Emiliano Buendía y Gio Lo Celso, quienes decidieron viajar pese a la restricción, con la condición de regresar luego del choque del domingo para cumplir con el aislamiento, con el detalle no menor que tanto el defensor como el delantero acaban de llegar a sus nuevos equipos (Tottenham y Aston Villa) a cambio de enormes sumas de dinero.
Al mismo tiempo la AFA, a través de Chiqui Tapia, inició una fructífera gestión frente al TAS que le dio la derecha a las selecciones nacionales. Y mientras Brasil, sediento de revancha, optó por eludir el conflicto y dar de baja a los nueve convocados del fútbol inglés, Scaloni tiene a todos sus citados en tiempo y forma por su tosudez para enfrentarse a sus propios clubes y a las ligas, apoyados por el entrenador y una dirigencia que, pese a las operaciones mediáticas y acusaciones de falta de legimitidad, siempre defendió a la Albiceleste.
El título conseguido hace poco menos de dos meses abrió una nueva etapa para un vínculo intenso, aunque por momentos tóxico: el de una Selección que, con estos gestos de compromiso, representa a un pueblo que quiere volver a la normalidad y encuentra en el equipo nacional una salida.