Real MadridGetty Images

La final de una era

Son cuatro en cinco años. Cualquiera podría cansarse de ello. Por eso, entre otras cosas, es tan poco habitual ver este tipo de ciclos tan exitosos. Pero en el Real Madrid no se cansan nunca. Viven únicamente de los títulos, no se sacian con nada más. Toda su existencia, su filosofía y su estructura está construida para el éxito. De ahí que la final de Kiev, lejos de lo que se pueda pensar, no es tomada como un trámite en el Real Madrid. Ni mucho menos. Fuera del club se podrá creer que el cuadro blanco es favoritísimo. Dentro, no quieren ni oír hablar de ello. Este grupo tiene mucha experiencia en cuestiones de lobos y corderos. Y nadie en el equipo dormirá la noche de antes con el champán frío bajo el brazo. Al contrario, cuando ves y escuchas a cualquiera en el Real Madrid, percibes enseguida que tienen sangre en los ojos. Mirada asesina y colmillo retorcido. Con confianza, que no confiados.

Dua Lipa, la artista de la final de la Champions League: fotos, música y redes sociales

Como en Lisboa. Como en Milán. Como en Cardiff. “Es mi primera final”, decía Sergio Ramos en rueda de prensa este viernes. “No quiero ni oír hablar del pasado”, apuntillaba el capitán. Mientras tanto, Zidane el martes públicamente incluso se rebotó: “Nadie puede decirnos que tenemos menos hambre que el Liverpool ni que nadie”, espetaba el técnico galo ante los periodistas presentes. En Los Juegos del Hambre, el entrenador sería Jennifer Lawrence.

Es la final de una era. Y en el Real Madrid lo saben. Las tres anteriores conquistas son la bomba. Una hipotética cuarta, que sería la tercera seguida, es el trampolín para inscribir su nombre en los libros de historia con letras de oro. Como decía Nacho Fernández a Goal esta misma semana, es el pie para que este equipo sea recordado por todos. Para que el Real Madrid de Zidane sea un equipo de autor para siempre. Como el Bayern de Beckenbauer, como el Ajax de Cruyff o como el Real Madrid de las Cinco Copas. Las únicas tres generaciones que han logrado lo que el club blanco podría rubricar este sábado. El premio es demasiado grande como para tomárselo a la ligera. No lo hacen ni con el partidillo de los jueves, mucho menos con la que es la final del milenio.

Anuncios